La Casa de Papel no le bastó robar mil millones de euros

 

La banda de ladrones está de regreso; la serie se convirtió en un fenómeno mundial 


En mayo de 2017 la cadena Antena 3 de España estrenaba la serie “La casa de papel”. Si bien la crítica en el país ibérico se desbordaba en elogios, los niveles de audiencia estaban muy lejos de los esperados. Aún así, Netflix le vio potencial y compró los derechos para su plataforma.

 

La compañía de streaming querían estrenar “La casa de papel” a nivel mundial, pero antes, para asegurarse de que funcionara en todos sus mercados, pusieron a un equipo de guionistas, músicos y editores a rearmar la historia para hacerla más ágil y con un mejor desarrollo de los personajes.

 

Originalmente, “La casa de papel” era de 15 capítulos, pero luego de que Netflix le metiera la mano se transformó en una serie de 22 episodios dividida en dos partes (o temporadas). No había planes de prolongar la serie. Pero cuando en diciembre de 2017 se hizo el lanzamiento internacional de la primera parte y el éxito fue inmediato —al grado de transformarse en un verdadero fenómeno que le valió un premio Emmy Internacional—, los planes volvieron a cambiar.

 

A unos días del estreno de la tercera parte de “La casa de papel” (19 de julio), Netflix acaba de anunciar que se ha convertido en la serie de habla no inglesa más vista en su historia, y que ya trabajan en una cuarta entrega.

Las dos primeras temporadas de la serie —creada por Álex Pina y protagonizada por Úrsula Coberó, Itziar Ituño y Álvaro Monte— giran en torno a un muy elaborado asalto contra la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España, donde un hombre misterioso, conocido únicamente como “El Profesor”, es el cerebro de la operación.

 

Para poder realizar el mayor robo de la historia, “El Profesor” recluta a un equipo de ocho personas, cada una con ciertas habilidades, que no tienen nada que perder. El objetivo es entrar en la fábrica de billetes e imprimir 2 mil 400 millones de euros. Para lograrlo, los ladrones deben tomar 67 rehenes y pasar once días dentro de las instalaciones, haciendo creer a las fuerzas de élite de la policía que son ellos quienes tienen el control de la situación.

 

De acuerdo con Álex Pina, la serie es un “thriller” con mezcla de géneros y trasfondo político, pues en todo momento está la idea de que más que un simple atraco se trata de dar un duro golpe al sistema.

 

“Fue complicado desarrollar una tercera parte, sobretodo porque había muchas razones para no volver. Por un lado, era una serie corta y concluida sobre un atraco. Por otro, los protagonistas acaban siendo millonarios y juntarlos para otro atraco parecía algo imposible, pero no hay que olvidar de que se trata de una banda de ladrones con características diferentes a las que vemos en las historias de atracos perfectos”, señaló Pina en una entrevista para promocionar la serie.

 

Agregó que “ellos son como una familia y tienen vínculos emocionales. No querían que fuera así, pero los tienen. Finalmente son muy latinos. Ahí teníamos una vía narrativa abierta”.