La Meryl Streep del futuro

 

La joven irlandesa Saoirse Ronan, protagonista de Lady Bird, es considerada la actriz más talentosa de su generación


Todavía no cumple los 24 años y la actriz irlandesa —radicada en Nueva York— Saoirse Ronan ya cuenta con tres nominaciones al Oscar y un premio Globo de Oro.

Es la actriz más talentosa de su generación, dicen unos. Es la Meryl Streep del futuro, aseguran otros.

Lo cierto es que su trabajo, su delgada figura y su rostro pálido no pasan desapercibidos para nadie. Mucho menos, cuando se le ve protagonizando la película Lady Bird, que esta semana llega a la cartelera en nuestro país y que le valió su más reciente candidatura a la dorada estatuilla de la Academia.

Aclamada por la crítica y precedida por un éxito en taquilla inusual para un filme independiente, Lady Bird, ópera prima de la directora Greta Gerwig, nos ofrece un relato agridulce sobre la búsqueda de identidad.

En el filme, Saoirse Ronan interpreta a Christine (conocida como “Lady Bird”), una adolescente que ha perdido la fe en el mundo: se avergüenza de su familia, detesta el colegio de monjas en el que estudia, fracasa en su primera tentativa amorosa y sueña con ser aceptada en Yale, a pesar de sus pésimas calificaciones.

Llega un momento en que “Lady Bird” cree que su vida es tan caótica y conflictiva, que no duda en saltar de un automóvil en marcha durante una discusión con su madre. Tal vez por eso, los críticos han calificado la cinta como “una conmovedora historia sobre la adolescencia, como iniciación a la derrota”.

La primera vez que Ronan leyó el guión de Lady Bird le pareció “cautivador, como una de esas novelas en las que las páginas se pasan solas y no puedes dejar de leer”. Cada uno de los personajes en la historia funciona como una pieza de engranaje dentro de la compleja maquinaria.

“Mentiría si dijera que el éxito de la película me ha tomado por sorpresa. Antes del estreno se podía notar una cierta energía en el ambiente, como si la gente estuviera esperando una historia como la de Lady Bird”, aseguró Ronan en entrevista con El Mundo.

La también protagonista de Desde mi cielo, Brooklyn y El gran hotel Budapest, enfatizó que Lady Bird “no es sólo oportuna, es también una apuesta valiente, pues se adentra en un terreno poco transitado por las cámaras, como es la adolescencia”.

“Y lo hace sin seguir los patrones convencionales, sin incurrir en estereotipos sobre la virginidad, el amor romántico o la iniciación en la vida adulta”, dijo.

Más que una película generacional, Lady Bird es un relato universal. “Unos más y otros menos, pero todos hemos pasado por experiencias similares, no sólo en la adolescencia, también en la vida adulta. La vida real aparece diseccionada como en un álbum de fotos que nos permite observarla desde una perspectiva diferente. Es posible que en 20 años siga encontrando respuestas en este filme”.