Niños de la tercera edad cantan a Cri-Cri

 

“Nacho Méndez canta a Cri-Cri... para gente grande”, presentación que por más de una hora hizo recordarlas canciones del más importante cantautor mexicano, entre personas de la tercera edad


“Caminito de la escuela”, “El ratón vaquero”, “La muñeca fea” y “La patita” se volvieron a escuchar la noche de ayer en la Fundación Miguel Alemán, de la Ciudad de México, durante la velada musical “Nacho Méndez canta a Cri-Cri… para gente grande”, presentación que por más de una hora hizo recordar, entre personas de la tercera edad, las canciones del más importante cantautor mexicano de música infantil, Francisco Gabilondo Soler.
En entrevista para CAPITALMEDIA, el compositor y músico Nacho Méndez, comentó que la idea de interpretar la música de Cri-Cri nació por iniciativa del doctor Alejandro Carrillo Castro, director general de la Fundación Miguel Alemán, quien sintió la nostalgia por revivir aquellas canciones que le hacían recordar su infancia.
“Entonces, se nos ocurrió esta presentación y pensamos que la gente de mediana y mayor edad son los que más disfrutan a Cri-Cri. A partir de ahí se corrió la voz, se arregló y finalmente estamos aquí cantando”, sostuvo.
Entre risas y aplausos, cerca de una centenar de adultos mayores llenaron la Biblioteca Mexicana donde revivieron y cantaron todas aquellas canciones que escucharon en la radio durante su infancia.
“Siempre disfruto este tipo de momentos y me gusta que el público cante conmigo; inclusive he visto cómo se salen las lágrimas a los viejitos cuando cantan las obras de Cri-Cri”, recordó.
El homenaje al oriundo de Veracruz tuvo como particularidad el toque personal que Nacho Méndez aportó a cada una de las piezas, las cuales seleccionó de acuerdo a las que mejor recordaba.
“En algunas de las canciones cambie un poco los arreglos y preparé unas pistas de acompañamiento; pero busqué, sobre todo, que tuvieran el toque original para que no fueran muy distintas”, refirió.
Con la presencia de Tiburcio Gabilondo, hijo del compositor, el también dramaturgo destacó este tipo de presentaciones “porque más allá de oír y cantar, evoca momentos y recuerdos especiales en la infancia de los asistentes. Esos recuerdos son los que nos hacen que de repente soltemos una lágrima”.