Sonido La Changa: agradezco a Dios haber puesto a bailar a tanta gente

 

Ramón Rojo, el famoso sonidero que vendía discos en Tepito, celebra 50 años de trayectoria


DAVID GUTIÉRREZ

 

Un amplificador de bulbos marca Radson, una trompeta y 20 discos de acetato de la Sonora Matancera con Celia Cruz, bastaron para que, a los 20 años, Ramón Rojo Villa, vendedor de discos del Mercado 36, de Tepito, creara, en 1968 el Sonido La Changa, con el que puso a bailar en las calles a los habitantes de los barrios populares de la Ciudad de México y sus alrededores.

Medio siglo más tarde, La Changa es considerado el sonidero más importante de nuestro país, gracias a sus mezclas de salsa, cumbia y guaracha; ritmos arrabaleros que ahora no sólo prenden a la banda del barrio, sino que también hacen bailar en las tocadas a fresas, hipsters y millennials.

“La música sonidera es para todos, lo comprobamos en el Vive Latino, donde se juntó muchísima banda de varios países y con otro tipo de gustos musicales. Recuerdo que la gente se divirtió de lo lindo con la música sonidera ese 30 de marzo de 2014, allá en el Foro Sol; nunca se me va a olvidar que hice bailar a miles y miles de personas; fue algo muy bonito”, aseveró en entrevista Ramón Rojo, quien confiesa que la curiosidad lo convirtió en sonidero y una radionovela lo transformó en La Changa.

El próximo 21 de julio, en el Plaza Condesa, Sonido La Changa llegará con todos sus éxitos al reconocido foro de la CDMX para poner en lo más alto el ambiente del barrio, en el marco de sus 50 años de trayectoria.

“La música ha sido la vitamina de mi vida como sonidero; sin ella no podría vivir. Es como los viejitos que tienen una tiendita y si los quitan de vender se mueren, eso pasaría conmigo. Medio siglo de hacer bailar a tantísima gente me hace sentir feliz y agradecido ante papá Dios, porque nos sigue dando vida y salud”, señaló La Changa.

Cinco décadas de estar en el mundo sonidero no es fácil y más para una persona que, a sus 70 años, continúa poniendo a bailar a la gente dentro y fuera de México.

“Muchas veces me preguntan que cuándo me voy a retirar y les digo: ¿Qué pasó? Nunca me voy a jubilar, solamente que Diosito me diga: Ya vámonos.

Pero mientras tanto, habrá Changa para rato, porque aún tengo muchos proyectos por delante; incluso, ya me han ofrecido que viajemos por 14 países en los próximos tres años”, reveló.

Aunque son miles las experiencias que han marcado su carrera durante este medio siglo de actividad musical ininterrumpida, Ramón Rojo recordó aquella cuando, pese a las increíbles dificultades y peripecias, logró poner a bailar a los compatriotas en territorio estadounidense.

“Nos fuimos de mojados. Recuerdo que llevábamos por delante, en un tráiler, el equipo del sonido Perla Antillana y La Changa, que eran las trompetas y los famosos roperos de cuatro bocinas. Nosotros pasamos de mojados por Tijuana y el equipo se fue por tráiler. Así fue como llegamos por primera vez a Los Ángeles.

Fue en el Hollywood Palladium, un 20 de noviembre de 1994; lo recuerdo bien, una experiencia muy bonita, porque aunque llegamos sufriendo y pasando ilegalmente, logramos hacer bailar a muchísimos chilangos, así como a gente de Puebla, Toluca y Tlaxcala.

Eso fue un gran triunfo para mí, el poder que La Changa pudiera abrir la plaza de la Unión Americana”, recordó de manera entrañable.