Celebra cardenal 50 años de sacerdocio

 

Rivera Carrera agradece a autoridades eclesiásticas


La celebración de sus bodas de oro sacerdotales fue, al mismo tiempo, un ritual para allanar el próximo retiro de los púlpitos del cardenal Norberto Rivera Carrera, rito que fue atestiguado por la institucional cúpula clerical a los pies de la Virgen de Guadalupe.

Quizá porque su labor pastoral está en declive, lo cual se ahondó tras la reciente visita del papa Francisco al país, la homilía del arzobispo primado de México para celebrar sus 50 años de vida sacerdotal estuvo cargada de nostalgia.

Rivera Carrera manifestó melancolía por la Ciudad de México, sede de la Arquidiócesis de México que, confesó, le impresionaba y asustaba en sus días mozos.

Al interior de la Basílica de Guadalupe lo escuchaba atento el cardenal José Francisco Robles Ortega, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), quien arropó a Norberto Rivera junto con otros 60 obispos y obispos auxiliares de la arquidiócesis.

Pero el sacerdote, obispo y cardenal duranguense, en esta eucaristía exhibió de nueva cuenta sus ligas con los poderes económicos, empresariales y políticos.

Lo acompañaron, no exento de estigmas, deshonra y mala fama, personajes como Carlos Slim, Diego Fernández de Cevallos, el clérigo ortodoxo Antonio Chedraui, el priista Humberto Roque Villanueva, y hasta el líder sindical petrolero, Carlos Romero Deschamps.

En esta celebración de 50 años de labor pastoral, Rivera resaltó la presencia de la curia católica, sobre todo porque personajes importantes culpan al cardenal de que en su ministerio la Iglesia perdió vitalidad, además de que fue presunto defensor de pederastas y un personaje más apegado a los placeres que ofrecen los poderes terrenales.

Al estar próximo a cumplir 75 años de edad, que cumplirá el 6 de junio de 2017, Norberto Rivera Carrera deberá solicitar al Papa Francisco su retiro como cardenal, lo que significa su jubilación pastoral.

Enseguida, fue prolífico en halagos al beato Paulo VI, quien lo ungió sacerdote, a Juan Pablo II, al papa Francisco y, sobre todo, con la Conferencia del Episcopado Mexicano, donde al interior guardan muchas diferencias con el cardenal.

La respuesta llegó desde la Arquidiócesis de México, pues Guillermo Moreno, vicario general de Pastoral, ensalzó la labor del pastor y guía de la Iglesia católica, por quien elevó oraciones.