Científica estudia relación de la violencia de género con estrés neuroquímico

Científica estudia relación de la violencia de género con estrés neuroquímico
Capital Publicado el
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Cindy Rodríguez Bandala forma parte del Sistema Nacional de Investigadores y es la primera mujer en México que estudia la relación de la violencia de género con el estrés neuroquímico el cual genera enfermedades como osteoporosis, obesidad, hipertensión y cáncer de mama, pues si bien el estrés es una reacción normal de nuestro cuerpo, una alerta de nuestro sistema para poner atención y protegernos, al volverse crónico se convierte en un veneno para la salud.

Al identificar este problema como un campo poco estudiado y con anhelos de ayudar a personas con cáncer de mama, Cindy comenzó a investigar las sustancias que secretamos cuando estamos estresados, como la epinefrina, la norepinefrina y la serotonina, así como la relación con las enfermedades que se detonan cuando una persona vive su vida, todos los días, estresada.

Cuando Cindy decidió que dejaría la casa de sus padres –ubicada en una pequeña localidad de Puebla– para estudiar medicina, fue porque quería comprender muchas cosas y ayudar a la gente. Ahora apoya a las personas a que encuentren opciones para un tratamiento que no sea por completo alópata, para lo cual considera el contexto de la paciente que le llega a predisponer para enfermarse de cáncer.

“Una mujer que es madre soltera, que tiene que trabajar todo el día, que tiene que pagar la escuela y todo, pues obviamente cómo va a hacer ejercicio, cómo vas a decirle que coma saludable, y todo eso. Además, el estrés de escuchar las noticias de que toda la ciudad está llena de violencia y que ya ni puedes tomar un Uber o un taxi porque te da miedo, todo eso está produciendo población enferma”, explicó. En carne propia Cindy justamente vivió desde pequeña violencia de género.

Su padre le puso muchas trabas para poder estudiar y, con el propósito de cumplir sus metas, tuvo que alejarse de su familia.

“Tuve que distanciarme, porque no aceptaba que estuviera estudiando. Por ejemplo, en la prepa, gané una olimpiada regional y tenían que mandarme a preparar a la universidad, y como era menor de edad, él no me dejó. Fue muy frustrante para mí, porque sí me gustaba”, recordó.

“Me decía ‘si vas a ir a prepararte para ese concurso tienes que dejar todo limpio y hacerme el desayuno’; fue muy difícil, porque entonces tuve que decir ‘ya soy mayor de edad, me voy a pagar la universidad’ y esto fue la causa de que no me hablara hasta que se murió. Nunca restablecimos la relación”, relató.

“Fue una decisión muy difícil, pero yo creo que valió la pena porque al final hice lo que quería hacer”, reveló la investigadora.

Ya en la universidad encontró también un poco de violencia, con profesores acosadores o que las obligaban a esforzarse el doble sólo por una cuestión de género, así como compañeros varones que menospreciaban el trabajo de sus compañeras, e incluso algunas mujeres.

“Creo que hace falta una mayor solidaridad en los equipos de trabajo donde hay mujeres, siento que todavía existen líderes de grupos de investigación que son en su mayoría hombres. Hacen falta mujeres que se apoyen mutuamente para llegar a liderar más grupos de investigación y lograr la equidad en cuanto a género en esta área”, indicó.

Cindy mandó un mensaje a las niñas y jóvenes que deseen estudiar algo relacionado: “Yo creo que la ciencia es una experiencia que impacta no sólo a nivel académico, sino a nivel personal. Vale la pena, ya que al entender mejor tu contexto y entender mejor tu percepción del mundo, vas a poder ser más empático y desarrollar el humanismo que hace falta en muchas sociedades”.

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