Científicos del Poli buscan cura para la obesidad

 

Investigan factores ambientales que pueden inhibir el desarrollo de la enfermedad


Habíamos escuchado varios argumentos sobre los factores de riesgo de padecer obesidad y otras enfermedades asociados a esta condición, así como algunas formas de prevenirla.

Pero ahora científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), al estudiar la manera de prevenir el desarrollo de la obesidad, han descubierto que algunos estímulos ambientales inhiben su desarrollo.

Leíste bien: es-tí-mu-los am-bien-ta-les in-hi-ben su de-sa-rro-llo.

Y no es asunto menor, dado que se trata de un padecimiento que afecta a más de 80 por ciento de la población en el país.

“Estudiar la obesidad en forma multidisciplinaria ha brindado a un grupo de especialistas del IPN los elementos científicos para comprobar que estímulos ambientales, como la dieta adecuada y el ejercicio, influyen en la activación y desactivación de genes, lo cual ayuda a inhibir el desarrollo de esta enfermedad que aqueja a millones de personas en México y en el mundo”, destacó esta casa de estudios en un comunicado.

La investigación se realiza en la Escuela Superior de Medicina (ESM) y se enfoca en la prevención, diagnóstico, tratamiento y una posible cura de la obesidad.

De acuerdo con la comunicación del IPN, los científicos buscan biomarcadores microRNAs, que son moléculas informativas ligadas al metabolismo provenientes de muestras biológicas como sangre, saliva, orina, heces y semen, que en un futuro les permitirán diferenciar a las personas obesas por categorías para asignarles una dieta y ejercicios específicos.

En la línea de investigación, liderada por el doctor Aarón Domínguez López, colaboran expertos en biología molecular, médicos, médicos del deporte, especialistas en alto rendimiento deportivo, nutriólogos y psicólogos.

Estos expertos abordan desde distintos ángulos esta afección que conlleva un componente crónico inflamatorio y se caracteriza por el desequilibrio en el gasto energético.

Domínguez López explicó que el organismo está sintonizado con el medio ambiente y por ese motivo responde a estímulos ambientales que “encienden o apagan” genes.

El jefe de investigación señaló que esto también se puede traducir en síntomas y signos de una enfermedad, y de esa manera los estímulos ambientales pueden ser benéficos o no, así que pueden modular las características de salud, pero también las enfermedades.

Al respecto, el maestro en Ciencias Alejandro Gómez Alcalá detalló que los científicos estudian la respuesta genética ante la inflamación crónica moderada presente en los obesos antes, durante y después del tratamiento (dieta y ejercicio).

Refirió que algunos hallazgos son en torno a la respuesta inflamatoria que se da en función de los ácidos grasos (saturados o no saturados) que se incluyen en la alimentación.

La obesidad es una enfermedad muy compleja y multifactorial y, aunque hasta el momento los hallazgos en torno a la dieta y ejercicio son promisorios, se requiere integrar mucha información específica sobre los metabolitos y aspectos ambientales propios de las poblaciones en México.

Algunos factores que influyen en el desarrollo de la obesidad son: hábitos alimentarios, sedentarismo, tabaquismo, condiciones de higiene, temperatura y altitud, entre muchos otros, que también repercuten para que en un futuro se puedan categorizar la combinación de dieta y ejercicio más aptos para mantener la salud de los pacientes.

Así que la investigación politécnica es prometedora; ¿así lo crees?

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dgp