Cómo detectar a una madre tóxica

 

Existen mujeres que ejercen la maternidad con una visión negativa


Dicen madre solo hay una y que nadie más que ella va a quererte o amarte más que nada en este mundo, sin embargo, no siempre es así; existen mujeres que ejercen la maternidad con una visión negativa lo cuál las hace destructivas, controladoras y en la mayoría de los casos sobreprotectoras, entorpeciendo el desarrollo personal, emocional y hasta profesional de sus hijos.

En la mayoría de los casos las madres tóxicas se comportan así por el miedo excesivo a quedarse solas y no ser necesitadas cuando sus hijos crezcan y se vuelvan independientes. Sin embargo, estos comportamientos suelen tener efectos de corta duración pues cuando los hijos llegan a la edad adulta terminan por alejarse de la madre y de prescindir de esa relación dañina.

Este tipo de madres producen un daño o sufrimiento en sus hijos valiéndose de la manipulación, el maltrato, la negligencia, desde la infancia hasta que se convierten en adultos.

Si sospechas que estás inmiscuido en una relación así existen parámetros generales que te ayudarán a identificar las características, para así buscar ayuda profesional.

  • Suelen ser madres con baja estima
    Utilizan el vínculo con sus hijos para cubrir y satisfacer sus carencias y necesidades.
  • Son controladoras
    Como regla general tienen la necesidad de tener cada aspecto de su vida y de la de sus hijos bajo control. Ejercerlo es su forma de expresar amor y afecto por los demás, por lo que lo ve como algo positivo y necesario en la relación.
    Con esta sobreprotección impiden que sus hijos sean independientes y autónomos.
  • Utilizan a sus hijos para conseguir las metas que no pudieron realizar
    No son conscientes de que sus hijos son capaces de elegir otro camino y se enfadan cuando toman una decisión diferente a la que ellas propusieron. Si no le hacen caso cree que son desconsiderados y malagradecidos.

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  • Manipulan para conseguir lo que desean
    Su arma es el chantaje emocional. Se hacen las ofendidas o las sufridas cuando los hijos intentan ser independientes, logrando así que en muchos casos los hijos hagan cosas que no desean y acumulen resentimientos contra ellas por obligarles a tomar decisiones de las que no estaban convencidos.
  • Son negligentes
    En ocasiones no cuidan de forma correcta a sus hijos, no atienden a sus necesidades básicas y frecuentemente los Servicios Sociales tiene que intervenir.
  • Son en demasía autoritarias
    Todo se debe acatar según su criterio y no permiten que sus hijos tengan otras opiniones mucho menos que elijan otras alternativas. Esto suele provocar enfrentamientos lo que provoca que los hijos quieran cortar la relación .
  • Utilizan el maltrato físico y/o verbal
    Usan los golpes y los insultos como una forma de controlar a sus hijos, lo que puede derivar en consecuencias más dramáticas y en traumas.

Es importante detectar si se está en una relación de este tipo para poder intervenir cuanto antes, no existe una ley en la que se estipule que la relación con los padres tenga que ser fácil. Muchas veces, el contexto, las experiencias duras de la vida influyen demasiado en el modo en que interactuamos con algunos familiares. Todo se puede arreglar y sanar pero es un trabajo que implica mucho esfuerzo y compromiso.

AG