Cómo no matar la creatividad de tu hijo

 

La creatividad puede ser fácilmente aplastada por las metas impuestas por otros


Imagina que tu hijo llega a casa emocionado por mostrarte un dibujo que hizo en la escuela. Te da la hoja, ves una casa azul, el sol amarillo y el cielo verde (que se supone debería ser azul porque no sólo así estás acostumbrado a verlo sino porque en la vida real lo ves de ese tono). Esta situación te sorprende, pero antes de criticar o juzgar su elección, detente y pregúntale de una manera suave si no debería ser de otro color.

Según el neurobiólogo Erin Clabough lo que a ti te parece un inocente comentario podría, además de ser un duro golpe, arruinar de por vida la creatividad de tu pequeño.

De acuerdo, a Clabough “la creatividad puede ser fácilmente aplastada por las metas impuestas por otros”. No todos ven al mundo necesariamente con los mismos ojos.

Antes de mencionar que el cielo debería ser azul, considera y piensa detenidamente tus razones para decírcelo, porque en  el mundo de tu hijo el cielo puede no ser azul y eso no tiene nada de malo ni raro. Permítele tener la libertad de ser creativo.

Varios estudios afirman que la creatividad fomenta el pensamiento crítico y la resolución de problemas, además de que ayuda a lidiar con el estrés y a adaptarse a los cambios. A veces, involuntariamente, los adultos aplastan la creatividad y limitan la imaginación con buenas intenciones que no necesariamente son correctas o las adecuadas.

A continuación te dejamos un par de consejos que te ayudarán no sólo a fomentar su creatividad sino también a no acabar con ella.

  • No lo presiones a ser perfecto

Partamos de la base de que la perfección no existe. Déjalo explorar, intentar nuevas técnicas y buscar un camino diferente para hacer las cosas. Aunque el producto final no resulte de tu agrado enfócate en reconocer su trabajo y su esfuerzo.

  • No restrinjas sus opciones

Permite y anímalo a escoger sus herramientas de trabajo o de juego. Imponerles las cosas mata la creatividad, recuerda que lo que más les gusta a los niños es jugar. El juego debe ser algo divertido y no un proceso tedioso y aburrido.

  • No seas mandón/dictador

La mejor forma de estimular su creatividad e ingenio es dejarlo actuar con total libertad. La retroalimentación es un arma de dos filos ya sea que tenga el efecto de aumentar o limitar la imaginación.

  • Tu mundo no es su mundo

No obligues a tus hijos a que vean el mundo como lo tú lo ves. Tus juicios y tus puntos de vista sólo te pertenecen a ti y los has adquirido con los años y las experiencias que ellos te han dado.
Tu niño apenas está descubriendo el mundo, deja que él aprenda de sus experiencias.
Esta comprobado que los niños tienen la capacidad de usar su imaginación mejor que los adultos porque no están contaminados por los juicios que con el tiempo los cerebros adultos recolectan.

Permítele usar sus propios sentidos para él mismo, sin prejuicios y sin sugerencias.
Proporciónale las herramientas, el espacio y el tiempo para que desarrolle su creatividad.

Trabaja con el proceso creativo de tu niño, no contra él. Nunca se sabe, puede que cuando crezca se convierta en un gran innovador.

AG