Cruzada hipócrita. La Iglesia se acredita la derrota electoral del PRI

La jerarquía católica y grupos de ultraderecha pisotearon los derechos humanos
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La propuesta presidencial sobre la legalización de los “matrimonios igualitarios” ha sido tomada como una de las “causas” por las que el PRI obtuvo duros descalabros en materia electoral el 5 de junio pasado, pero esta visión simplista está totalmente alejada de la realidad.

Tras la derrota del tricolor, inmediatamente surgieron las versiones de que en estados donde la religión católica es avasalladora, intrigante y manipuladora, hizo mella en parte importante del electorado para persuadir el voto ciudadano en contra de los candidatos del tricolor.

Si bien se registraron casos en los que la Iglesia católica emprendió una campaña que pudo contribuir a la debacle priísta, sus actividades proselitistas no tienen la fuerza necesaria para inclinar la balanza electoral.

La jerarquía católica en México utilizó su energía para atacar la propuesta presidencial sobre los matrimonios igualitarios, lo que en términos electorales golpeó al Revolucionario Institucional, pero dicha acción principalmente violentó los derechos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual.

Días antes de la jornada comicial, en las homilías, los sacerdotes utilizaron el púlpito para condenar la iniciativa al señalar que es contranatura a los “designios del cielo”. Incluso calificaron la propuesta de Enrique Peña Nieto como satánica, incongruente y atentatoria de las “buenas costumbres” y las “buenas familias”.

El ataque de la Iglesia y de los grupos de ultraderecha contra la comunidad lésbico-gay ha destacado históricamente por actitudes de desprecio, odio, homofobia y violencia.

Desafortunadamente, en esta ocasión aprovecharon la iniciativa de los matrimonios igualitarios y los procesos electorales para emprender una nueva campaña en contra de la diversidad sexual.

USO MEZQUINO

La derrota electoral del PRI del 5 de junio pasado, ha sido capitalizada de manera mezquina por los grupos de la ultraderecha del país, donde se incluye al PAN.

El maestro en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca (USAL), España, Omar G. Villegas, comenta a CAMBIO que esos grupos reaccionarios responsabilizaron al presidente Enrique Peña Nieto del descalabro electoral por elevar a rango constitucional el matrimonio igualitario.

Y recuerda que el gobernador electo de Aguascalientes, el panista Martín Orozco Sandoval, calificó de manera desafortunada como “regalito del cielo” la propuesta del titular del Ejecutivo federal.

No obstante, precisa, dicha iniciativa es un tema que, con total apego a derecho, ya fue revisado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); además, es un asunto que va junto con la tendencia mundial del reconocimiento a la equidad y a la diversidad.

“No creo que el PRI haya perdido como dicen por culpa del matrimonio igualitario, en todo caso se tropezó por la corrupción, la ineficacia, el clientelismo y en casos como el de Veracruz y su gobernador, Javier Duarte de Ochoa, por el abuso de poder, la violencia y el crimen”, expresa.

El también profesor en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) apunta que también más de mil organizaciones religiosas, aglutinadas en el Frente Nacional por la Familia y otras dos mil iglesias evangélicas, se unieron contra la iniciativa presidencial del matrimonio por iguales.

Pero es la Iglesia católica, a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la que más “ha movido aguas” en lo relativo a los matrimonios igualitarios, lo que a todas luces contraviene el laicismo que demanda la Carta Magna.

“El cardenal Norberto Rivera ha condenado esta iniciativa aun cuando el propio Papa Francisco, representante católico de la Iglesia que pertenece, ha matizado su discurso condenatorio en contra de la homosexualidad. Es más, lo ha tornado más incluyente en la medida de lo que se puede esperar de una institución como la Iglesia. Así que la postura de Norberto y de algunos sectores de la Iglesia católica mexicana es no solamente anacrónica, sino necia y fuera de lugar”, subraya el profesor.

Omar G. Villegas enfatiza que Carlos Valles Ayoub y Francisco Bolívar, del grupo ultraconservador “Juntos por México”, no pueden adjudicarse el triunfo de la derecha en los comicios pasados: “aquellos que defienden la tesis de que el PRI fue derrotado por el matrimonio igualitario, deben parar esa tergiversación que puede llegar a confundir; manipulan y exageran”.

Recordó que la organización “Juntos por México” se forma por 70 asociaciones conservadoras operadas por laicos como Acción Católica, Adoradores Nocturnos y Orden Templarios, entre otras, que según Valles Ayoub reúne a cuatro millones de personas en todo el país localizadas en 20 ciudades; sin embargo, México es una nación con 120 millones de habitantes.

“Sí, se trata de una nación conservadora en la que la homofobia está a la orden del día; pero también se puede tener un optimismo por los avances en el reconocimiento de los derechos de la comunidad gay, como lo es el matrimonio igualitario”, insiste.

Reconoce que existen bastiones liberales como la Ciudad de México, que aunque no está exenta de crímenes de odio y de discriminación, está a la vanguardia en sus derechos ciudadanos, especialmente de las minorías.

“Tampoco se puede desechar la influencia y el poder de todos esos grupos de ultraderecha que bien pueden, a base de manipulación, exageración e información sesgada, confundir y aprovecharse”, apunta.

El académico indica que esta situación demuestra que la homofobia sigue imperando, es un mal que se debe derrotar; en ese sentido, comenta que la masacre de los bares en Orlando, Estados Unidos, y Xalapa, Veracruz, son sangrientos recordatorios de este problema.

También se le agrega la coyuntura política donde la ultraderecha se vale de ella para atacar a los grupos de diversidad sexual por el hecho de apoyar los matrimonios igualitarios, y amenaza que no bajarán la guardia.

“Sin embargo, quienes creemos en la diversidad, el respeto y la democracia tampoco (bajaremos la guardia), el PRI perdió por sus propios errores, así como el PAN ante Peña Nieto, y eventualmente todo aquel que pretenda ir en contra de los derechos, porque si se lanza contra unos en realidad se lanza contra todos los ciudadanos”, agregó el profesor de la Universidad Iberoamericana.

IGLESIA RESPETUOSA

La Iglesia debe dedicarse a lo suyo: “a decir misa y a salvar almas”; no tiene ningún derecho a meterse en asuntos jurídicos, políticos ni de necesidades sociales de los grupos de la diversidad sexual.

Rafael Ramírez Arana, secretario de Diversidad, Igualdad e Inclusión del PRI en la Ciudad de México, señala a CAMBIO que se le ha dado mayor injerencia a la Iglesia de la que debe tener a nivel real, por lo que es importante que el clero entienda y se empape de los problemas jurídicos y sociales.

“Que sea respetuosa de todos ellos, porque ya no puede decir o decidir qué sectores de la sociedad deben tener o no derechos, no está en sus manos, no es un área administrativa de las leyes, que puedan tomar decisiones y hacer este tipo de comentarios”.

Sin embargo, aclaró que hay ramas dentro de la Iglesia que respetan a los grupos, porque no es todo el clero el que está atacando a la comunidad lésbico-gay.

Ramírez Arana calificó como un absurdo el que se argumente que el tricolor obtuvo pérdidas electorales el pasado 5 de junio, por la promulgación de los matrimonios igualitarios.

“Poner de pretexto que se perdieron candidaturas o se perdieron elecciones por la iniciativa de ley del presidente Peña en favor de los matrimonios igualitarios a nivel nacional es un absurdo, porque evidentemente en el año 2000 Francisco Labastida Ochoa perdió en contra de Vicente Fox y no existía esta iniciativa, entonces a quién le vamos a echar la culpa, a los gays porque no teníamos esa iniciativa en la mesa, es absurdo, son posturas nada más de derecha, son radicales, retrógradas que ya no deben seguir existiendo”, puntualiza.

El secretario de Diversidad, Igualdad e Inclusión del tricolor capitalino expresa que no es la postura del partido buscar culpables en la comunidad de la diversidad sexual, para tomarlo como pretexto en derrotas electorales.

“El PRI es un partido abierto, de avanzada, protector de todos los sectores sociales, eso es nada más buscar un pretexto al aire para justificar una derrota, porque al final del día vivimos en un país democrático, donde la gente elige por quién votar y sabe por qué lo hace, entonces no podemos justificar derrotas derivado de una iniciativa de ley que va a beneficiar a un sector altamente vulnerabilizado por excelencia”.

GG

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