¿Eres malo para la escuela? La culpa es de la genética

 

El ADN de las personas determina la estabilidad académica


Existen muchas personas que, por más que se esfuercen, destacar en el ámbito escolar es algo que simplemente no se les da.

Aunque algunos se rinden en el primer descalabro, otros más estudian más, buscan clases particulares, técnicas de aprendizaje, etcétera, para lograr que su desempeño académico no esté por debajo del promedio e incluso logren éxitos y reconocimientos que los hagan destacar.

Sin embargo, no siempre lo logran. Si tú te identificas como una de estas personas que sufren su andar escolar, ahora puedes culpar de esto a la genética.

Un grupo de científicos del Population Research Center, de la Universidad de Texas, determinó que los logros educativos son altamente heredables a través de los años escolares.

Esta conclusión se da luego de realizar un estudio con gemelos, cuyos resultados mostraron que los éxitos durante la escolarización son muy estables, debido principalmente a los factores genéticos.

Durante muchos años, la investigación ha vinculado el logro educativo con las trayectorias de la vida, como el estatus laboral, la salud o la felicidad, pero si un buen desempeño en la escuela predice mejores resultados de vida, ¿qué predice qué tan bien lo hará alguien a lo largo de la escolarización?

Para descubrirlo, los investigadores estudiaron los logros de la escuela primaria hasta el final de la educación obligatoria de seis mil pares de gemelos en la muestra representativa del estudio Twins Early Development Study de Reino Unido, a fin de analizar el rendimiento académico.

La doctora Margherita Malanchini  -becaria postdoctoral en psicología en el Population Research Center- y sus colegas, analizaron los puntajes de las pruebas que los gemelos aplicaron desde la primaria hasta que terminaron sus estudios obligatorios.

Los resultados mostraron que los logros educativos son altamente heredables y estables a través de los años de escuela y en todas las materias estudiadas, lo que significa que la mayoría de los estudiantes que comenzaron bien la educación primaria continuaron teniendo éxito hasta que se graduaron.

Los factores genéticos explicaron alrededor de 70 por ciento de esta estabilidad, mientras que el entorno compartido por los gemelos contribuyó con alrededor de 25 por ciento y el entorno no compartido, como diferentes amigos o profesores, sólo con el 5 por ciento restante, precisan los científicos.

“Eso no quiere decir que un individuo simplemente nació inteligente”, dicen los investigadores, pues “incluso después de dar cuenta de la inteligencia, los genes todavía explican alrededor del 60 por ciento de la continuidad del rendimiento académico, pues éste es impulsado por varios rasgos cognitivos y no cognitivos”.

Malanchini explica que anteriormente los estudios relacionaban el rendimiento académico con la personalidad, los problemas de conducta, la motivación y la salud, pero ahora sabemos que muchos otros factores vinculados son hereditarios.

Sin embargo, los científicos constataron que a veces las calificaciones sí cambiaron, como una caída en las calificaciones entre la escuela primaria y secundaria, y sugirieron que estas variaciones pueden explicarse en gran parte por factores ambientales no compartidos.

“Alrededor de dos tercios de las diferencias individuales en el rendimiento escolar se explican por las diferencias en el ADN de los niños”, afirma la doctora Malanchini, en un artículo publicado esta semana en la revista Science of Learning.

Aunque se sabe muy poco acerca de cómo estos factores contribuyen, “nuestro hallazgo debería proporcionar motivación adicional para identificar a los niños que necesitan intervenciones pronto, ya que los problemas podrían mantenerse por años”, dice Kaili Rimfeld, del Instituto de Psiquiatría en el King’s College London.

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