En Alemania, una vez concluidas las seis horas laborales, no hay tiempo para más y hasta los escritorios de ciertas oficinas lo saben.
Un video, subido por la firma germana Heldergroen, muestra cómo tras una ardua jornada laboral, de seis horas exactas, ni más ni menos, los escritorios “inteligentes” vuelan hasta llegar al techo.
Una vez recogido el espacio, el mismo “se puede utilizar para otras actividades de los empleados, como yoga o clases de baile”, dijo Henley Sander, director de la firma.
“Se trata de un ritual, para hacer saber a nuestros empleados que hay un tiempo y un espacio para empezar a trabajar”, abundó el directivo.
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FF
