Especialistas revisan nuevo enfoque de combate al zika

 

Estudian las poblaciones de moscos para anticipar posibles contagios


Instituciones nacionales e internacionales se reunieron para discutir nuevas estrategias por parte de las autoridades y centros de investigación para controlar la transmisión del dengue, chikungunya y zika.

En el marco de la edición 51 del Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Entomología (SME), el subdirector de Vectores del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Fabián Correa Morales, detalló un nuevo método para detectar los arbovirosis, que son las enfermedades transmitidas por los mosquitos.

“Empezamos a ver la entomología como un eje rector que nos permita identificar el comportamiento de los vectores y su densidad poblacional en las localidades de riesgo, en las que solamente se entraba con el uso de plaguicidas”, señaló el subdirector.

“Hoy trabajamos en un sistema de detección temprana que nos permite anticipar la transmisión del dengue, chikungunya y zika o de lo que venga, porque también tenemos la amenaza latente de la fiebre amarilla y otras arbovirosis”, explicó.

La estrategia se basa en el estudio del comportamiento de los mosquitos con el objetivo de prevenir los brotes de las enfermedades en la población, dijo el investigador de acuerdo con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Los especialistas crearon sistemas de información que vinculan plataformas de vigilancia epidemiológica y entomológica en línea, recolección de mosquitos adultos para estudio y censos de densidad poblacional de vectores en las localidades identificadas como zonas de riesgo.

Los investigadores buscan conocer con estos datos las características del vector antes de que llegue a la población y así saber si traen alguna carga de virus y tomar medidas a tiempo para contener el contagio.

Una de las estrategias que se utilizó fueron las ovitrampas, unos dispositivos hechos con botes de plástico de color negro que contienen agua y se recubren con papeletas de pellón o papel filtro en el borde.

Las trampas se usaron para colectar huevos de vectores, realizar estudios sobre la población de mosquitos, analizar los riesgos entomológicos de transmisión y la medición del impacto de las fumigaciones.

“Se trata de un criadero artificial para medir la presencia del vector y su comportamiento. Colocamos un promedio de cuatro ovitrampas cada tres manzanas para abarcar el 15 por ciento de las localidades”, detalló Correa Morales.

“Semanalmente, los entomólogos recolectan los huevos de las papeletas y miden la densidad, para saber si fue efectiva la actividad de control a través de la nebulización espacial”, añadió.

El especialista mencionó que es importante la vigilancia entomológica para saber el comportamiento del vector en el día, pues en la Cuidad de México detectaron las dos clases de mosquitos implicados en la transmisión de dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla.