Estudio busca conservar a los grandes carnívoros

 

El plan contempla estrategias sociales y ecológicas que incluyen a los ganaderos


Un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) encabeza un estudio para crear estrategias que permitan la conservación de grandes carnívoros en la Sierra Madre Oriental.

En el proyecto colaboran diferentes instituciones que buscan asegurar la supervivencia del gran felino, indicó el biólogo del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, Juan Luis Peña Mondragón.

Los esfuerzos van más allá de una sola especie, pues se incluyen en el plan de trabajo depredadores del mismo ecosistema, como osos, pumas, linces, ocelotes, coyotes, entre otros.

“Primero trabajamos con los jaguares, cuántos hay, si tienen presas o no y hacia dónde se mueven. Empezamos a ver toda esta parte de biología y ecología para entender la razón por la qué se come el ganado”, detalló el biólogo.

También en el plan se contempla el aspecto social y antropológico para conocer cuál es la visión que tienen los dueños de las tierras hacia los jaguares y determinar estrategias, tanto sociales como ecológico-biológicas.

El biólogo señaló que las relaciones que emergen de la creciente población humana y su demanda de recursos naturales, además de la irrupción de establecimientos agrícolas y en especial de ganaderos, afectan la fauna silvestre.

Esta situación también reduce el hábitat natural de estas especies y altera su ambiente introduciendo variedades de animales destinadas al consumo humano, como vacas, chivos y borregos que, al ser cazados por estos depredadores naturales, se convierten en blanco de los pobladores que se dedican a la crianza de dichos animales.

Peña Mondragón explicó que la investigación cuenta con tres importantes lugares de estudio: el primero es en los municipios de Aramberri y Zaragoza, en el estado de Nuevo León; el segundo en el extremo sur, en la Selva Lacandona.

El tercer punto de evaluación se encuentra en la costa de Jalisco, en el área de influencia de la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala.

El especialista explicó que los pobladores de estas zonas crían a los animales para el consumo humano, como una ganadería extensiva; es decir, que los rebaños suelen estar en libertad  por la sierra y sus dueños sólo selimitan a monitorear sus movimientos y los capturan cuando necesitan venderlo.