La Guitarra Séptima, el instrumento de los insurgentes

 

Ha caído en desuso y ya casi no se fabrica


Por su valor interpretativo entre sectores acomodados y populares de la sociedad, la Guitarra Séptima mexicana es un instrumento de cuerdas cuyo mayor apogeo tuvo desde la década de 1810 hasta 1950, sin embargo en la actualidad es una herramienta musical que cayó en desuso.
“Existen varios factores, sobre todo en la publicidad que se le comenzó a dar a la guitarra de seis cuerdas, no sólo en la radio sino también a través de la industria discográfica y en el cine”, explicó Jaime Ruedas Salas, investigador independiente.

Entrevistado al finalizar su presentación en el Museo de la Ciudad de México, refirió que “hubo un momento hacia finales del siglo XIX donde la guitarra séptima era tan popular que tanto guitarreros particulares como grandes casas de música vendían guitarras de seis y siete cuerdas, pero hubo un momento en que la casa Wagner empezó acaparar la producción y venta de guitarras séptimas, fue cuando consideró por criterios comerciales que podría resultarle más rentable la guitarra sexta, por lo que empezó a dejar de producir séptimas y entonces la gente empezó a desacostumbrarse de ellas”.
El especialista explicó que la Guitarra Séptima es un instrumento de siete órdenes o siete grupos de cuerdas, sencillos o dobles, que estuvo presente en nuestro país a finales del siglo XVIII y  hasta mediados del siglo XX.
Además, dijo, se distingue por tener un sonido más agrave proporcionado por su  séptima cuerda, lo que permite una ampliación en su registro dos tonos  y medio.
“Una cosa que hacia variar el sonido de una guitarra séptima con respecto a una sexta, era el uso de cuerdas de tripas de cabra y también su tamaño, aunque muchas veces compartían rasgos”, recordó.
Comentó que su uso tuvo gran presencia finalizada la guerra de independencia en México, utilizada sobre todo entre las trompas de los insurgentes.
“En esas guitarras se van a componer odas, loas y corridos a José María Morelos y Miguel Hidalgo”, resaltó.
Dentro de los compositores y músicos más representativos que ejecutaron este instrumento se encuentran José María Bustamante e Ygnacio Ocádiz.
Detalló que a través del tiempo su conformación física ha tenido distintas variaciones.
“Antes eran guitarras de 14 cuerdas, es decir, siete cuerdas dobles; posteriormente fueron combinándose cuerdas dobles con sencillas y a principios del siglo XX fueron básicamente cuerdas sencillas como regla general”, acotó.
Respecto al tamaño, resaltó que sus  dimensiones también ha tenido variantes, sobre todo porque es más reducida que una guitarra sexta convencional e  inclusive tiene una cintura más pronunciada, aunque puede tener un estándar de entre 61 y 65 centímetros el tiro de cuerda.
“Solía tener en la parte inferior un dispositivo llamado tiracuerdas, que servía para tensar más la cuerda pero distribuir mejor la tención para que no se rompiera la madera”, agregó.
Ruedas Salas, reveló que en la actualidad la Guitarra Séptima es tocada profesionalmente sólo por dos decenas de músicos al rededor de todo el mundo, entre los que destaca el también investigador y compositor mexicano Jorge Martín Valencia.
Con 200 años de tradición, el número de compositores para la Guitarra Séptima también es reducido.
“Que yo tenga noticia, actualmente nada más Jorge y quizás el maestro Sergio Carrizosa, quien comenzó a llevarla de nuevo a los escenarios a partir de la década de 1970. También está el maestro Arturo Ramírez Estrada y tal vez dos o tres nombres más”, dijo.
JCA