México adquiere tecnología de punta contra depresión

 

Incide presenta equipo Deep TMS, alternativa a ingesta de fármacos


México se convierte en el tercer país de Latinoamérica en contar con tecnología de estimulación cerebral profunda para tratar pacientes con depresión.

El Instituto de Neurociencia, Investigación y Desarrollo Emocional (Incide), presentó la tecnología de Estimulación Magnética Transcraneal Profunda (Deep TMS, por sus siglas en inglés), que reduce el tratamiento para la depresión a un mes, sin fármacos ni efectos secundarios.

El equipo “se basa en la estimulación de las neuronas, propiciando impulsos eléctricos sobre estructuras especializadas fuertemente relacionadas con el sistema límbico”, explicó Edilberto Peña de León, director de investigación del Incide.

“A través de unos capacitores se genera una corriente eléctrica que se pone en un casco cerca del cráneo del paciente, pero ese casco transforma la corriente eléctrica en poderosos impulsos magnéticos, que son tan fuertes como la energía magnética de la Tierra”, explicó el especialista.

“Esto logra penetrar tres centímetros el cerebro del paciente, así es que podemos cambiar el funcionamiento de las zonas que están afectadas por la depresión”, agregó.

Con esta estimulación cerebral profunda el paciente recibe 2 mil pulsos magnéticos en cada sesión. El equipo no es apto para quienes cuentan con un marcapasos o tienen incrustaciones metálicas en alguna parte de la cabeza, a menos que sean de titanio.

De acuerdo con el director general del Incide, Aldo Suárez, el nuevo esquema consta de cinco sesiones de 20 minutos durante cuatro semanas, el equivalente a un año de tratamiento médico.

“Muchos pacientes sufren efectos secundarios debido a la toma de antidepresivos”, destacó.

Entre ellos, dijo el psiquiatra, “puede ser la fatiga, alteraciones en el deseo o el funcionamiento sexual, cansancio, dolor de cabeza, náuseas”, explicó.

Por ello, dijo, es necesario buscar nuevas opciones de tratamiento altamente efectivas, pero sobre todo, que no produzcan efectos colaterales, con bastante frecuencia causantes de que muchos pacientes abandonen sus tratamientos.

Con base en cifras del Incide, en tres de cada 10 pacientes con trastorno depresivo mayor, los fármacos no funcionan; 50 por ciento abandonan los medicamentos y 25 por ciento concluye el tratamiento.

“De la población mexicana 9.1 por ciento sufrirá un episodio de depresión este año. Si hablamos de números absolutos, son más de 11 millones de mexicanos. Las causas son: un tercio por predisposición genética; otro tercio por el funcionamiento de la bioquímica cerebral y el resto por los acontecimientos de la vida”, apuntó Peña de León.

En cuanto al costo del tratamiento, aprobado por la Food and Drug Administration en Estados Unidos y por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en México, representa un año de antidepresivos, incluido el gasto de cada consulta que realiza el paciente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que la depresión es una enfermedad que afecta a 350 millones de personas.