Padece inmunodeficiencia uno de cada 500

 

Alrededor de 250 niños fallecen cada año por esta causa en México


Ramón Guerrero y Bexaira García, casados desde hace 10 años, son padres de un niño de seis años a quien se le diagnosticó una enfermedad genética hace poco tiempo y que, para alargar su vida, requiere con urgencia un trasplante de médula ósea.

Por desgracia, ha sido complicado lograr este objetivo, porque los padres no son compatibles para hacer la donación a su pequeño.

Las inmunodeficiencias primarias son enfermedades genéticas que afectan el sistema inmune, es decir, las defensas de los niños no funcionan bien. Actualmente, existen unas 300 enfermedades que se caracterizan por tener un gen defectuoso en el sistema inmune, según especialistas.

Al respecto, Francisco Espinosa Rosales, presidente de la Fundación Mexicana para Niños y Niñas con Inmunodeficiencias Primarias (Fumeni), dijo que, de acuerdo con cifras del Registro Voluntario de México, uno de cada 500 niños que nacen en el país tiene una inmunodeficiencia primaria.

“La mitad de los pacientes tienen defectos en la producción de anticuerpos, que son como balas que produce el sistema inmune para defendernos de los patógenos, especialmente de virus y bacterias”, afirmó.

El especialista señaló que en el país nacen cuatro mil niños al año con alguna inmunodeficiencia primaria y alrededor de 250 menores de edad fallecen cada año si el médico no sospecha la enfermedad, por lo que es necesario realizar las pruebas de laboratorio tempranas que son económicas en instituciones de salud pública.

El hijo de Ramón y Bexaira sufrió un fuerte golpe en la cabeza mientras jugaba en el patio de su casa, por lo que sus padres lo llevaron al hospital de inmediato y el médico que lo atendió les aseguró que su hijo tenía las plaquetas muy bajas.

“Lo llevamos al Instituto Nacional de Pediatría (INP), donde le diagnosticaron la inmunodeficiencia genética, y le dieron un tratamiento de gammaglobulina, con el cual puede llevar una vida normal”, explicó la madre del menor.

La familia Guerrero García radica en Morelia, Michoacán, por ello acude cada mes al INP en la Ciudad de México, para que su hijo reciba el tratamiento. Hasta el momento, el niño no ha tenido problemas de salud gracias al medicamento.