Hace más de 18 mil años que históricamente los perros han acompañado al hombre, tiempo en el que se han creado la gran variedad de razas domésticas que actualmente vemos y conocemos.
A lo largo de este tiempo gracias a su compañía y lealtad este animalito se ha ganado el mote del “mejor amigo del hombre“, sin embargo, pocos sabemos que existe una razón científica que lo avala.
De acuerdo a un estudio realizado en la Universidad de Melbourne, en Australia, esta relación tan estrecha entre perro y ser humano es gracias a la oxitocina, conocida comúnmente como la hormona del amor (que está presente en todos los mamíferos) y que está muy ligada a los patrones sexuales, la conducta maternal y paternal, y la creación del vínculo afectivo.
El análisis arrojó que la oxitocina juega un papel determinante en la habilidad que los perros poseen para interpretar ciertas señales humanas y utilizarlas en su beneficio.
El cerebro libera oxitocina cuando hay contacto íntimo como abrazos o caricias, lo que probablemente genera en los perros una mayor atención a las señales humanas, lo que también favorece a que tengan una relación más cercana, mismo que ha facilitado su domesticación.
Sin mencionar que a lo lago de la historia este animalito ha desarrollado habilidades sociales que le permiten interactuar y formar vínculos afectivos con los humanos como ninguna otra especie lo ha logrado.
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Por otro lado, científicos de la Universidad de Uppsala (Suecia) descubrieron que la domesticación del perro fue posible gracias a una evolución en su aparato digestivo que se adaptó para consumir una dieta rica en almidón, mucho más parecida a la que tiene los seres humanos.
De acuerdo a la revista Nature, la domesticación canina estaría conectada con el desarrollo de la agricultura, lo que los hizo adaptarse a una vida cerca más cercana a la del ser humano y modificar su comportamiento.
AG