#Pride: Inicia el mes del orgullo LGBT

Desde un punto de vista lingüístico, el término «orgullo» designa 'el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración'.​
REDACCIÓN Publicado el
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El Día Internacional del Orgullo, también conocido como Día Internacional del Orgullo LGBT y otras variantes, es un día no oficial que se celebra mundialmente cada 28 de junio en conmemoración de los disturbios de Stonewall de 1969, para reafirmar el sentimiento de orgullo sobre las identidades y orientaciones sexuales y de género tradicionalmente marginadas y reprimidas, y para visibilizar su presencia en la sociedad y sus reclamos.

En algunos países y ciudades coincide con la Marcha del Orgullo y otras festividades relacionadas con el movimiento LGBT. En algunas ciudades se celebran también la «semana del orgullo» y el «mes del orgullo».

La noción básica del «orgullo LGTB» reside en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo biológico, orientación sexoafectiva, su identidad sexual o su rol de género. Surge como una respuesta política hacia distintos mecanismos que el sistema tradicionalista utiliza contra quienes se “desvían” de la heteronormatividad: la vergüenza, la exclusión y las agresiones físicas que pueden llegar hasta la muerte de la víctima.

Desde un punto de vista lingüístico, el término «orgullo» designa ‘el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración’.​ Esta definición transmite la idea de una dignidad intrínseca que todo ser humano posee y que no debe verse afectada por su conducta o por su orientación sexual. En este sentido, un concepto equivalente sería hablar de «dignidad LGTB».

Disturbios de Stonewall e historia

Los disturbios de Stonewall consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el bar conocido como Stonewall Inn del barrio neoyorquino de Greenwich Village. Frecuentemente se citan estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en la que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro derechos LGTB en Estados Unidos y en todo el mundo.

Durante las décadas de los 50 y 60, los gais y las lesbianas estadounidenses debían enfrentarse a un sistema legal mucho más hostil con los homosexuales que en muchos de los países al este del telón de acero. Todos los estados del país, a excepción de Illinois, penalizaban el sexo homosexual consentido entre adultos en el ámbito privado. En 1961 un hombre adulto podía ser acusado de «crimen» por mantener sexo con otro adulto del mismo sexo de manera consensuada en la privacidad de su casa y podía imponérsele una multa ligera o llegar a pasar entre cinco y veinte años —a veces incluso toda la vida— en prisión. En 1971 veinte estados mantenían leyes sobre sexo «psicopático» que permitían la detención de homosexuales por esa razón. En Pensilvania y California, los considerados «ofensores sexuales» podían ser encerrados en instituciones mentales de por vida y en siete estados podían ser castrados. Durante las décadas de 1950 y 1960, la castración, la terapia emética, la hipnosis, la terapia de electrochoque y las lobotomías eran los medios usados por los psiquiatras para intentar «curar» a los homosexuales de sus deseos. Los primeros grupos homófilos de EE. UU. fomentaron una cultura de no confrontación entre homosexuales y heterosexuales en su afán por demostrar que las personas homosexuales podían insertarse en la sociedad. Sin embargo, los últimos años de la década de 1960 fueron turbulentos debido a la confluencia de varias reivindicaciones sociales, como el movimiento afroamericano pro derechos civiles (1955-1968), la contracultura de los 60 y las manifestaciones contra la guerra. Este clima beligerante, junto al ambiente liberal de Greenwich Village, influyó en el desencadenamiento de los disturbios de Stonewall.

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