Brasil, a un paso del golpe, afirma Dilma Rousseff

 

La mandataria suspendida evocó en el Senado la tortura dictatorial


La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, denunció ayer que  el país está “a un paso de un verdadero golpe de Estado” y dijo que si ella es juzgada también lo será la democracia, en un emotivo discurso de defensa pronunciado en el Senado a 48 horas de que el plenario vote su manutención o deposición definitiva por juicio político.

Rousseff, dijo que el futuro del país está en juego en su juicio político, porque la oposición conservadora está usando cargos inventados para destituirla y retrotraer los avances sociales logrados en los últimos 13 años.

La líder de izquierda dijo que la elite económica y la oposición política brasileña buscaron desestabilizar su gobierno desde su reelección en 2014.

“Ante las acusaciones de este proceso no puedo no tener un gusto áspero y amargo de la injusticia y lo arbitrario. Como en el pasado, resisto.

No esperen de mí el obsequioso silencio de los cobardes”, dijo con solemnidad Rousseff, realizando un paralelismo entre el proceso impeachmenty su pasado como víctima de la dictadura militar.

“En la lucha contra la dictadura sufrí en mi cuerpo las marcas de la dictadura. Vi a compañeros ser violentados e incluso asesinados. En la época tenía miedo de la muerte y de la tortura. Pero no cedí, resistí a la tempestad de terror que comenzaba a consumirme”, aseveró, en una sesión televisada en directo en Brasil y en el extranjero.

“Por dos veces vi de cerca la fase de la muerte. Cuando fui torturada por días seguidos, sometida a sevicias que nos hacían dudar de la humanidad y del propio sentido de la vida, y cuando una enfermedad grave y extremadamente dolorosa podría haber abreviado mi existencia”, dijo Rousseff en el Senado.

La presidenta suspendida, que fue activista política y guerrillera, se refirió al periodo cuando fue torturada por el régimen militar en la década de los 70 por medio de palizas y descargas eléctricas que le dañaron

el útero y la dentadura. “Quien cree, lucha. A los casi 70 años de edad no será ahora, tras ser madre y abuela, que voy a abdicar de los principios que siempre me guiaron”, señaló Rousseff, en referencia a “la democracia y el estado de derecho”.

Dijo que el juicio político contra ella es una tentativa de la “élite económica y política” de tomar el poder sin el aval de las urnas y, sin mencionarlo, se refirió a su rival en el segundo turno de las elecciones, Aécio Neves, así como al presidente en ejercicio Michel Temer.

“Las acusaciones contra mí son meros pretextos. Apenas pretextos que buscan derrumbar, por medio de un impeachment, sin haber cometido crimen de responsabilidad, un gobierno legítimo, elegido con la participación de 110 millones brasileños”, afirmó.

“Suspender mi mandato es como someterme a una pena de muerte política”, agregó Rousseff.

En la parte final de su discurso pidió a los senadores que voten a favor de su mantenimiento.

“Voten contra el impeachment, voten a favor de la democracia”, dijo, poco antes de que la sesión tuviera que ser suspendida por los aplausos de los senadores.

A las afueras del Congreso brasileño, 350 manifestantes a favor de Rousseff protestaron y pidieron la salida del presidente en ejercicio, Michel Temer, considerado por una parte de la población, del espectro político y por la propia mandataria como un “usurpador”.