El anuncio del desastre

 

Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, estuvo en la base aérea de Santa Lucía para colocar la primera piedra de lo que será el nuevo aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y que llevará el nombre de uno de los mejores soldados que ha tenido la historia de las […]


Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, estuvo en la base aérea de Santa Lucía para colocar la primera piedra de lo que será el nuevo aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y que llevará el nombre de uno de los mejores soldados que ha tenido la historia de las armas en este país: Felipe de Jesus Ángeles Ramirez, y quien recibió los seudónimos de “Hijo del Estado de Hidalgo” y “El Gran Artillero”.

Nació en Zacualtipán, y pronto se distinguió por su vocación por las armas. Combatió a los cuerpos militares que invadieron al país porque así lo dispuso el gobierno francés, pero también hay que señalar que enfrentó al Ejército de los Estados Unidos cuando realizaron la expedición punitiva para buscar a Francisco Villa que en una de sus incursiones en la frontera decidió asaltar el poblado de Columbus. El General Ángeles siempre manifestó un profundo respeto por El Caudillo del Norte.

Felipe Ángeles fue Director del Colegio Militar a principios de 1912, y seis meses después fue ascendido a General Brigadier. Combatió a Pascual Orozco en Sonora, y después fue enviado a Morelos a combatir a Emiliano Zapata, y su mayor particularidad es que utilizaba métodos conciliadores para la pacificación y evitaba que sus soldados cometieran excesos, lo que le granjeó el reconocimiento del propio Caudillo del Sur. Una de sus particularidades es que fue el estratega de la División del Norte en la época en que la fama de Francisco Viila recorrió el mundo.

Fue un hombre de abolengo familiar ya que su abuelo Manuel Ángeles fue Alférez durante la Guerra de Independencia. Su padre Felipe Ángeles Melo, oficial de carrera, participó en la defensa de México durante las dos intervenciones extranjeras, por lo que se dice que siempre hubo un Ángeles en las batallas más importantes de la historia de este país. Desde antes de iniciar la Revolución Mexicana, Felipe Ángeles era un dolor de cabeza para el gobierno de Porfirio Díaz por los casos de corrupción que denunciaba al interior del Ejército Federal.

Andrés Manuel a López Obrador ha dispuesto que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que será construido en la Base Aérea Militar de Santa Lucía lleve el nombre de Felipe Ángeles Ramírez, lo que desde luego es un justo homenaje a la figura de uno de los hombres más prestigiados que registra la historia de este país, y que si viviera, desde luego que renunciaría a tal honor por las condiciones tan lamentables que se están presentando en un proyecto que mucho tiene de obscuro y que se realizará para satisfacer las ansias de diferencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Para colmo de males, el mismo mandatario aseguró que están en condiciones de arrancar la construcción del aeropuerto, pero esperarán a contar con la manifestación de impacto ambiental, lo que es una muestra del desaseo oficial con tal de justificar la cancelación del que se construiría en Texcoco.

Ni qué decir del cerro que se le apareció a Jiménez Espriú, y de la versión de su florecimiento dentro de cuarenta años. La vocación del “aventón” que siempre ha caracterizado a Andrés Manuel López Obrador es la muestra fiel de esa megalomanía que puede propiciar graves daños en el país.

Al tiempo. Vladimir.galeana@capitalmedia.mx