La leyenda de la natación, Michael Phelps cumple 35 años

 

Michael Phelps tuvo que nadar contracorriente desde muy pequeño, cuando fue diagnosticado con Transtorno de Déficit de Atención con Hiperactividad


Este martes, el máximo medallista olímpico de todos los tiempos, Michael Phelps celebra 35 años de vida, en una carrera escrita bajo el agua y con miles de brazadas salpicadas por el brillo radiante del éxito, como otras tantas por la controversia.

Claro está que ese trono no se lo regaló nadie. Para convertirse en el rey del olimpismo, Michael Phelps tuvo que nadar contracorriente desde muy pequeño, cuando fue diagnosticado con Transtorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

Los grandes encuentran en las dificultades una oportunidad de desarrollo y así lo hizo Phelps quien encontró en la natación una forma de controlar su hiperactividad.

Phelps, que a los siete años le temía al agua, decidió aprender a nadar para no escuchar las discusiones de sus padres, quienes después se divorciaron, y fue entonces, a los 11 años de edad, que llegó a su vida Bow Bowman, el entrenador que pulió cada detalle de su talento hasta convertirlo en leyenda.

Por mucho tiempo me vi a mi mismo sólo como un nadador, ni siquiera me percibía como una persona; confesó el estadounidense, quien encontraba bajo el agua un resquicio para olvidar las dificultades de enfrentar su condición mental y a la vez convertirse en el más grande deportista de todos los tiempos.

Michael Phelps nadó como si Poseidón, Dios de los Mares, hubiese tomado su cuerpo. En la justa ateniense, el ‘Tiburón de Baltimore’ se colgó su primera medalla de oro culminando el certamen con seis preseas áureas y dos bronces.

Su nado lo llevó hasta Beijing 2008 donde su brillo dorado se transformó en un brillo divino al colgarse ocho metales de oro para quitarle a Mark Spitz el reconocimiento de ser el atleta con más oros en una sola justa olímpica de verano.

Pero su estela de éxitos no se quedaría en China. Sus brazadas lo llevarían hasta Londres 2012, donde se convertiría en leyenda. Con cuatro oros y dos platas, Michael Phelps sumaría 22 (18 de oro) medallas olímpicas, con lo que superaría las 18 de la gimnasta soviética Larissa Latynina.

Luego de su participación en Londres, el rey ‘abdicó’ por diversos problemas personales, entre ellos, su baja autoestima, dependencia al alcohol y depresión. Sin embargo, pudo recuperarse para participar en Rio 2016. Con 31 años, el rey volvió a coronarse en una justa olímpica en la que consiguió cinco medallas de oro y una de plata para concluir su reinado con 23 metales dorados, tres platas y dos bronces. Un total de 28 medallas olímpicas en cinco justas veraniegas.