Los mantras pejianos…

 

Misterios universitarios. Todos queremos justicia y castigo para los autores de la más reciente agresión a los estudiantes. Pero bajo ópticas distintas: unos pretenden que sean las autoridades universitarias las que investiguen y castiguen, caso contrario, defenestración del rector; otros repiten como salmo de rosario católico: es el Estado, los perdedores, PRI y PRD promueven […]


Misterios universitarios. Todos queremos justicia y castigo para los autores de la más reciente agresión a los estudiantes. Pero bajo ópticas distintas: unos pretenden que sean las autoridades universitarias las que investiguen y castiguen, caso contrario, defenestración del rector; otros repiten como salmo de rosario católico: es el Estado, los perdedores, PRI y PRD promueven el desorden.

Y parece que ninguno tiene razón. Muestran, eso sí, su fidelidad al pensamiento único al mantra sagrado y a la corrección política: la UNAM sobre todas las cosas en el cielo, la tierra y todo lugar. Coinciden en el carácter sagrado de la institución.

¿Identificaron a alguno de los participantes? Cierto. Pero sobre la indignación está la justicia sometida al criterio de los juzgadores profesionales, que han hecho del castigo un premio (para ellos) o una cínica forma de explotación, de corrupción. Dos de los maleantes fueron detenidos, visitaron las instalaciones de la Procu, saludaron a sus cuates y se fueron a dormir a casita.

¿Razones? No hay que buscarlas. Basta señalar que no fueron capturados en flagrancia ni por orden de juez, a pesar de que la flagrancia podría demostrarse, supongo, mediante las cintas grabadas durante los hechos.

Detrás debe privar la misma estupidez de los registros de voz: pueden ser trucados y en consecuencia son inconfiables.

No faltan los malpensados, quienes atribuyen todo a una maniobra que sería genial si es cierta, de los partidarios del Peje ofendidos por la oposición del rector Graue de convertir a la UNAM en un recipiente de inútiles suprimiendo exámenes y dándole cabida a quienes quieren un salario—beca sin concurrencia a clases o sin la incomodidad de los exámenes.

El rector, en entrevista con López Obrador, fue enfático al rechazar tal posibilidad. Y tiene razón: la UNAM está entre las diez mejores del continente, registra entre sus egresados a tres premios Nobel, los únicos mexicanos que alcanzaron tal honor en nuestra historia. Y todo eso debe echarse al basurero en un afán de populismo mal entendido.

Ya hay voces exigiendo la cabeza de Graue, proponiendo, supongo, al encueratriz metido a culturoso o a Noroñas como sustitutos.

Aunque los Unamitas no asimilarán esta teoría porque la UNAM es pura, los egresados son impolutos y quien cuestione a la institución debe ser quemado en leña verde. Pues no, porros, narcotraficantes y alto consumo de drogas entre los alumnos, muestra que son tan perversos como somos el resto de los mexicanos, así que…