Los perros de Santa Martgh

 

Llega a la cartelera la cinta La 4a compañía; espejo de la vida en Santa Martha


Al inicio de La 4a compañía —la película mexicana que este jueves llegará finalmente a la cartelera comercial de nuestro país—, un preso del penal de Santa Martha Acatitla aconseja a otro: “En el camino, uno usa ésta o aquella coraza para protegerse y aguantar los golpes del encierro”. La cinta, ópera prima de Mitzi Vanessa Arreola y Amir Galván, se exhibió por vez primera hace poco más de un año, durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Desde entonces, sólo se ha proyectado en funciones especiales y festivales internacionales, donde ha ganado múltiples premios y reconocimientos, entre los que destacan los diez premios Ariel, con el que arrasó en la tradicional gala anual de premios.

El filme nos presenta la historia de Zambrano (Adrián Ladrón), un joven de 20 años que es recluido en Santa Martha luego de cometer un robo. Muy pronto se dará cuenta de que en esta cárcel, lejos de reformar a los internos, sirve como fachada de una extensa red criminal operada por los propios directores del centro penitenciario.

Gran parte de los hechos retratados en La 4a Compañía están basados en sucesos reales que ocurrieron cuando Arturo “El Negro” Durazo dirigió el Departamento de Policía del entonces Distrito Federal, durante el sexenio presidencial de José López Portillo (1976-1982), su amigo de la infancia y a quien defendía de los bravucones de la escuela. Qué mejor puesto que ese para Durazo. Fueron los años dorados de la corrupción policiaca.

“Desafortunadamente, esta película sigue vigente, porque todavía padecemos muchos casos de corrupción en todo país.

Ahora no nada más hay un “Negro” Durazo, sino que son demasiados y los encontramos por todas partes. Sólo basta abrir un periódico de cualquier fecha para enterarnos de un nuevo caso de abuso de poder”, cuenta Adrián Ladrón, protagonista de la cinta y ganador del premio a Mejor Actor en el Festival de Cine de Guadalajara.

La historia detrás de la realización de La 4a compañía tiene que ver con un “proceso inmersivo”, como lo definen los propios directores de la película, quienes se empeñaron en rodar casi íntegramente, dentro de Santa Martha Acatitla, una de las prisiones más grandes, añejas y peligrosas de la Ciudad de México.

“La cárcel se vive no como un cuento de hadas. Nos fuimos a meter a Santa Martha para saber lo que es estar ahí, para escuchar a los personajes hablar como hablan dentro de la cárcel; por eso fuimos a visitar la época con tanta investigación, para que recuerden cómo hablaban los mexicanos de aquel entonces”, relató Vanessa Arreola, quien además de codirigir, escribió el guion de la cinta.

Los directores relataron, al lado de los protagonistas, parte de las vivencias durante el rodaje: talleres de apreciación cinematográfica para reclusos, el coqueteo con la muerte de uno de los actores y una “pelea” provocada entre Ladrón y un recluso para entrar en confianza.

Amir Galván asegura que trataron de respetar las partes fundamentales de Los Perros, el equipo de futbol americano de la prisión, de aquel entonces. La historia deportiva fue documentada en los periódicos, “son esos encabezados que ven en la película”.

Y es que el relato, que llegó a los directores del filme luego de un trabajo documental para el Centro de Capacitación Cinematográfica, es un proyecto de investigación profunda y un trabajo de campo en prisión ,que les llevó casi una década.