Matatena o Montessori

 

Las cosas se torcieron cuando dejaron de distinguir entre Matatena y el modelo Montessori


El escándalo por aparente abuso sexual contra menores en un colegio de la delegación Benito Juárez en la ciudad de México, ha puesto de manifiesto, una vez más, la facilidad con la que, de la denuncia legal se pasa al linchamiento mediático gracias a la ignorancia de quien reproduce versiones sin razonar ni distinguir, y de la vocación por ese morbo que siempre cree más en una tragedia, mientras mayor sea la conspiración que se dice la motivó.

Justo porque en la cultura del inmediatismo informativo lo que importa es impactar ganando una supuesta nota y no llegando a la verdad, lo que empezó como una denuncia justificada sobre un abuso inadmisible, rápidamente se convirtió en un terreno fértil para el escándalo y la descalificación injustificable.

La escuela Matatena, usuaria del método de enseñanza Montessori, fue señalada como escenario de abuso sexual a varios infantes y por ello se exige castigo ejemplar a los responsables. Hasta ahí todo en orden. Las cosas se torcieron y pedieron rumbo cuando los medios tradicionales de comunicación y una buena cantidad de comunicadores que seguían el tema, dejaron de distinguir entre Matatena y Montessori, con comentarios tan desafortunados como “la red de colegios Montessori debe ser muy poderosa para que esto no trascienda”, pues con ello trasladaron el repudio por el abuso a un sistema educativo que no es una corporación ni un negocio con franquicias.

No existe una red de colegios Montessori ni franquicias de Montessori. En México, el modelo de enseñanza desarrollado por María Montessori ya cargaba con el estigma de ser identificado con el desordenado gabinete presidencial de Vicente Fox. Ahora, gracias a la irresponsabilidad de comunicadores que critican a las redes sociales por la virulencia y el pobre rigor de las reflexiones que se difunden a través de ellas, pero actúan igual, carga con el estigma y el rechazo por un caso de abuso. Dice el clásico que aquel que generaliza miente, y siquiera sugerir encubrimiento desde una inexistente red de colegios Montessori es mentir.

La filosofía educativa Montessori, o método Montessori, convertida en oferta educativa, presta un servicio invaluable a las sociedades que deciden experimentar con ella. Es un complemento al modelo educativo tradicional. Más allá de postulados diferentes, ofrece una alternativa de educación para niños y jóvenes que, por la forma de pensar de sus padres, por la personalidad de los infantes, o por particularidades psicológicas o físicas o nivel neuronal, no tienen cabida y son marginados por el sistema de educación tradicional público y privado.

El método Montessori no educa ni para el desorden ni para la anarquía, forma en el respeto, la responsabilidad y la tolerancia en una comunidad. Admite en sus escuelas a niños de todo tipo, incluyendo a los que son expulsados o rechazados de escuelas tradicionales por las más diversas causas. Busca adaptarse a sus ritmos y capacidades para integrarlos a la sociedad y hacerlos personas de bien.

Descalificar o estigmatizar Montessori por lo que pudo ocurrir en el colegio Matatena, es tan estúpido e irresponsable como decir que todas las escuelas confesionales son semilleros de abuso sexual a niños y jóvenes, por lo que probadamente ocurrió con el padre Marcial Maciel.

Twitter @EnvilaFisher

GG