El espíritu y esperanza de cientos de rescatistas que trabajan en las ruinas del colegio Enrique Rébsamen no los detuvo, ni la lluvia, ni el cansancio, pues durante horas trabajaron para rescatar al mayor número de personas
El espíritu y esperanza de cientos de rescatistas que trabajan en las ruinas del colegio Enrique Rébsamen no los detuvo, ni la lluvia, ni el cansancio, pues durante horas trabajaron para rescatar al mayor número de personas