Comienza la cumbre de la OTAN sobre la guerra en Ucrania

 

Es una incógnita si la OTAN reaccionaría en caso de que un ataque químico en Ucrania afectara a uno de los países aliados limítrofes.


Los líderes de la OTAN iniciaron este jueves una cumbre extraordinaria para evaluar cómo pueden dar más apoyo a Ucrania para que se defienda de la invasión de Rusia, y dar su respaldo a un nuevo refuerzo en el este de la Alianza con cuatro nuevos batallones en Bulgaria, Rumanía, Hungría y Eslovaquia.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 30 aliados están reunidos en Bruselas para mostrar unidad frente a la agresión ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en un encuentro en el que también participará por videoconferencia el ucraniano, Volodímir Zelenski.

“Estamos unidos en la condena de la agresión no provocada del Kremlin y en nuestro apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania”, así como “determinados a seguir imponiendo costos a Rusia para que ponga fin a esta guerra brutal”, de la que hoy se cumple un mes, indicó el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, al inicio de la reunión.

Una de las principales preocupaciones de la Alianza es que las tropas rusas puedan llevar a cabo un ataque con armas químicas en Ucrania, por lo que se prevé que los aliados acuerden entregar a los ucranianos equipos de protección ante amenazas químicas, biológicas o incluso nucleares.

Es una incógnita si la OTAN reaccionaría en caso de que un ataque químico en Ucrania afectara a uno de los países aliados limítrofes.

Como parte de su respuesta inmediata a la invasión rusa de Ucrania, los líderes de la OTAN tienen previsto dar hoy su visto bueno a cuatro nuevos batallones multinacionales en su flanco este que se sumarán a los que ya se encuentran desde 2017 en Polonia y los países bálticos.

A más largo plazo, la Alianza también se prepara para revisar su capacidad de disuasión y defensa.

“Esto es lo necesario para responder a la nueva realidad de seguridad de Europa”, dijo Stoltenberg en su intervención al comienzo del Consejo del Atlántico Norte en su configuración de jefes de Estado y de Gobierno.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no hizo declaraciones a la prensa a su llegada a la sede de la OTAN, y antes de tomarse la foto con el resto de los aliados saludó brevemente al primer ministro británico, Boris Johnson; al presidente francés, Emmanuel Macron, y al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pidió a su llegada a la cumbre a China que juegue un papel “constructivo” en la resolución de la guerra de Ucrania y que Moscú retire a sus tropas y regrese a la fronteras de la Federación Rusa reconocidas internacionalmente.

El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, dijo que hay que considerar “cualquier paso que Rusia pudiera dar” y “estar preparados para ello”, pero tildó de “noticia falsa” que la OTAN estuviera planificando un ataque químico.

“Estamos preocupados” por la posibilidad del uso de armas químicas, admitió también el primer ministro esloveno, Janez Jansa, quien reconoció que podría desatar “un desastre a gran escala”.

En cualquier caso, no consideró que Rusia vaya a usar este tipo de armamento adrede y señaló que “en todos los países, Ucrania no es excepción, hay lugares industriales en las ciudades bajo ataque y eso puede causar catástrofes, aunque no sea por uso de armas químicas directamente por parte de los militares”.

El presidente lituano, Gitanas Nauseda, consideró que “por desgracia no podemos rechazar esa posibilidad” de empleo de armas químicas, y advirtió de que ningún país en Europa “puede sentirse seguro”, ni siquiera los que están lejos de la frontera rusa.

El primer ministro belga, Alexander De Croo, opinó que el presidente ruso “ha perdido cualquier sentido de lo que es razonable estos días”.

“Los crímenes de guerra deben ser documentados, analizados y se deben llevar a la justicia. Si se usan armas químicas u otra cosa tendría enormes consecuencias”, apuntó.

Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, recalcó que Putin, “ha cometido un error terrible” y consideró que “la invasión ilegal de Ucrania debe cesar”.

La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, dijo que Putin “no puede ganar esta guerra” y aseguró que los pasos que da el mandatario “están hechos también para asustarnos, de modo que nos disuada sobre apoyar más a Ucrania o dar pasos adicionales”.

“Definitivamente, no deberíamos caer en esa trampa. Tenemos que parar al criminal de guerra”, constató.

Para Johnson, Putin “ya ha cruzado la línea roja hacia la barbarie” y ahora corresponde a la Alianza “ver qué más podemos hacer para ayudar a la gente de Ucrania a protegerse”.

“Cuánto más duras sean nuestras sanciones, más rápido habrá terminado esto”, concluyó.