Joe Biden y Xi Jinping acordaron un encuentro presencial

 

Joe Biden y Xi Jinping no se han visto de forma presencial desde que el mandatario estadounidense asumió el liderazgo del Ejecutivo.


Joe Biden y Xi Jinping acordaron preparar una reunión presencial durante una conversación telefónica que sostuvieron por más de dos horas, pese a las tensiones sobre Taiwán, que llevaron al presidente chino a advertir a su homólogo estadounidense que “no juegue con fuego”.

Según una funcionaria estadounidense que pidió el anonimato, los dos dirigentes, que todavía no se han reunido cara a cara desde que Biden fue elegido presidente, acordaron que sus equipos busquen el momento apropiado para hacerlo. Ahora bien, no se anunció una fecha y las dos partes calificaron la llamada telefónica – la quinta reunión virtual entre ambos- de “franca”, un término diplomático que significa que todavía hay muchos desacuerdos.

La agencia de noticias estatal, Xinhua, informó que el presidente chino hizo una advertencia a Biden sobre Taiwán, que Beijing considera parte de su territorio y que quiere recuperar, así sea por medio de la fuerza. “Aquellos que juegan con fuego acabarán quemándose”, avisó Xi a Biden. En la última conversación entre ambos, en noviembre, le dijo lo mismo. “Espero que la parte estadounidense lo entienda perfectamente”, agregó Xi, cuyo país lleva días amenazando con “consecuencias” si la jefa de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, sigue adelante con sus planes de viajar a Taiwán.

Biden le dijo a Xi que la posición de Estados Unidos “no ha cambiado” con respecto a Taiwán y “se opone enérgicamente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo, o socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”. Washington reconoce al régimen chino desde 1979, según el principio de “una sola China”, cuya capital está en Beijing. No reconoce oficialmente a Taiwán, pero lo apoya militarmente.

China considera a la isla como una de sus provincias históricas y reivindica su soberanía. Se opone, por lo tanto, a cualquier iniciativa que dé legitimidad internacional a las autoridades taiwanesas y a cualquier contacto oficial entre Taiwán y otros países. Aunque altos cargos estadounidenses visitan Taiwán con frecuencia, China considera que el viaje de Pelosi, una de las principales personalidades del Estado, es una gran provocación. El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, declaró a la prensa que si Pelosi pedía “apoyo militar”, él “haría lo necesario” para garantizar que transcurra con seguridad.

“Aranceles, sin cambios”

Las tensiones en torno a este viaje son solo una parte del problema: Estados Unidos teme que el presidente Xi esté considerando el uso de la fuerza para controlar a Taiwán. Hasta hace un tiempo se consideraba improbable una invasión, pero los observadores están cambiando de opinión y ya no lo descartan.

Las declaraciones contradictorias de Joe Biden sobre Taiwán (en mayo dijo que Estados Unidos defendería la isla, y más tarde la Casa Blanca insistió en que mantenía la llamada política de “ambigüedad estratégica”) no ayudaron. Según la Casa Blanca, el principal objetivo de Biden es establecer “salvaguardas” para las dos superpotencias para evitar un conflicto abierto.

En la conversación telefónica no se tomaron decisiones sobre el tema de los aranceles del 25 % impuestos por el expresidente estadounidense, Donald Trump, sobre los productos chinos por valor de miles de millones de dólares. Con respecto a los aranceles, Biden expresó a Xi las preocupaciones “sobre las prácticas injustas de China que perjudican a los trabajadores y las familias estadounidenses, pero no habló de los posibles pasos que podría dar”, declaró la funcionaria estadounidense a los periodistas.