“Los especialistas coreanos desinfectan de inmediato nuestro camión cuando cruza la puerta de la embajada”, añadió el embajador.
El personal de la embajada también tiene prohibido acudir a la iglesia ortodoxa de Pyongyang, a cursos de taekwondo, a la piscina o a la pista de patinaje. “Parecen nimiedades pero es nuestra vida diaria“, dijo Matsegora.
La consecuencia es que ya no hay reuniones con los dirigentes norcoreanos u otras embajadas. Los contactos con las autoridades locales se limitan ahora a llamadas telefónicas o notas oficiales en un buzón especial.
Según el embajador, ningún otro país que no fuera Corea del Norte podría adoptar y aplicar medidas como estas para responder “a un problema de alcance nacional” que creó una situación “extraordinaria”.
“Desde un punto de vista material, el autoaislamiento es muy costoso para el Estado coreano”, añadió.
“Pero es muy importante entender que las cuestiones de seguridad del Estado, la ideología y la dignidad del país, tal y como se entienden en Corea del Norte, priman siempre sobre las cuestiones económicas”, aseguró.
El nuevo coronavirus apareció en China en diciembre y dejó al menos 2.700 muertos hasta ahora. Desde China se propagó a otros países, entre ellos Corea del Sur, que vivió un rápido aumento del número de contaminaciones.
Por su parte, Corea del Norte continúa asegurando que es el único país vecino de China donde no apareció el coronavirus, una afirmación que muchos expertos ponen en duda.
El periódico oficial del régimen, Rodong Sinmun, pidió por su parte a los habitantes “obedecer absolutamente” a las autoridades sanitarias.
“Hay que tener en cuenta que cualquier forma de suficiencia podría tener consecuencias catastróficas irreversibles y hay que mantener un muy alto nivel de alerta“, indica el periódico.
Hace unos días el Rodong Sinmun advirtió que un solo caso de coronavirus en territorio norcoreano podría tener “consecuencias desastrosas” y pidió a la población que extreme la prudencia y evite reunirse en lugares públicos, incluidos los restaurantes.
“Cenar juntos, hablar los unos con los otros, puede convertirse en el principal terreno de propagación de la enfermedad infecciosa”, según el periódico.
En paralelo, Rodong Sinmun difundió el miércoles fotos de varios miembros de las Asamblea Nacional en una ceremonia de homenaje al exdirigente Kim Jong Il donde todos llevaban máscara.