Fiscales: Pagaban para que médicos recetasen su analgésico

 

BOSTON (AP) — Los ejecutivos de la empresa farmacéutica no se daban por satisfechos con las ventas de su potente analgésico y decidieron ofrecer dinero en efectivo a los médicos para que lo recetasen, según los fiscales. Al poco tiempo, las ventas de spray fentanilo, altamente adictivo, florecían y los ejecutivos ganaban millones de dólares. […]


BOSTON (AP) — Los ejecutivos de la empresa farmacéutica no se daban por satisfechos con las ventas de su potente analgésico y decidieron ofrecer dinero en efectivo a los médicos para que lo recetasen, según los fiscales. Al poco tiempo, las ventas de spray fentanilo, altamente adictivo, florecían y los ejecutivos ganaban millones de dólares.

El fundador de le firma será juzgado en un caso que pone sobre el tapete los esfuerzos del gobierno por combatir a los responsables de la crisis de opioides que enfrenta el país.

“Les llegó la hora”, afirmó Richard Hollawell, abogado de los padres de una mujer de Nueva Jersey que falleció de una sobredosis en el 2016, después de que se le recetó Subsys, una droga pensada para los pacientes de cáncer con fuertes dolores.

John Kapoor, acaudalado fundador y ex presidente de Insys Therapeutics InC., una firma de Chandler, Arizona, es la figura más prominente llevada a juicio en relación con la epidemia de opioides que causa miles de muertes todos los años.

Kapoor, de 75 años, y otros cuatro ex empleados de Insys están siendo acusados de asociación para delinquir. El magnate dice que no cometió irregularidad alguna y que será exonerado en el juicio que comienza al lunes en Boston.

Dos de sus principales colaboradores, sin embargo, están cooperando con los fiscales y se espera que declaren que Kapoor ideó el plan para aumentar las ganancias.

Massachusetts es uno de varios estados en los que operaba Insys y su procuraduría es famosa por sus éxitos en complejos casos relacionados con la atención médica.

Los abogados de Kapoor critican a los fiscales por tratar de relacionar a Insys con la crisis de opioides y aducen que Subsys representa un porcentaje menor del mercado de opioides.

“A pesar de estos datos incontrovertibles, el gobierno insiste en perpetuar este relato falso en sus pronunciamientos públicos sobre el caso”, escribieron sus abogados en documentos presentados ante el tribunal.

El juez prohibió a ambos bandos hablar con la prensa.

Algunos médicos y empleados de Insys ya han sido condenados en otros casos por ofrecer coimas. Varios estados demandaron a la firma, que el año pasado aceptó pagar 150 millones de dólares en un caso de ventas inapropiadas.

Los fiscales dicen que Insys seleccionó médicos que recetaban grandes cantidades de opioides y les hizo pagos disimulados por su participación en conferencias, que en realidad eran coimas.

El personal de Insys engañó asimismo a las empresas de seguros acerca del estado médico de los pacientes y se hicieron pasar por empleados de los consultorios para que aprobasen costosas drogas, según los fiscales.

Se aduce que se recetaba a los pacientes la potente droga a pesar de que no tenían cáncer y no se les informaba de los riesgos. Los pacientes se hacían adictos y sufrían síntomas de abstinencia cuando se les suspendía el suministro de la droga.

“Era gente común, trabajadora, que tenía dolores crónicos y caía en esta trampa”, afirmó Michael Rainboth, abogado de New Hampshire que participó en varias demandas contra Insys.

Sarah Fuller estaba siendo tratada por una fibromialgia y dolores en la espalda cuando se reunió con su médica y un representante de Insys, quienes la convencieron de que comenzase a usar Subsys, de acuerdo con la demanda radicada por sus padres contra Insys, Kapoor y otros.

Para que Fuller aceptase tomar la droga, un empleado de Insys le hizo creer a los empleados de una farmacia que trabajaba para el consultorio que atendía a la mujer y que ella sufría de cáncer, de acuerdo con la demanda.

Fuller falleció de una sobredosis un año después, a los 32 años.

“Sarah no tenía cáncer y no había razón alguna para que le recetasen eso”, dijo la madre, Deborah Fuller. “Tenía muchas cosas que hacer todavía, pero le acortaron la vida personas a las que no les importa nada”.

La doctora de Fuller no ha sido acusada de nada, pero se le retiró su licencia para ejercer después de que las autoridades determinaron que recetaba “indiscriminadamente” drogas fuertes a pacientes que no padecían cáncer.

Los fiscales dicen que Insys organizaba conferencias a las que iba muy poca gente y que eran simplemente una excusa para que los médicos y sus amigos comiesen gratis.

David Schumacher, ex subjefe de la unidad de fraudes en el campo de la medicina de la procuraduría de Massachusetts, dice que generalmente cuesta más juzgar a los altos ejecutivos que al personal de una empresa.

“Cuanto más alto vas en estos juicios, más difícil es” condenarlos, manifestó.

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Alanna Durkin Richer está en http://twitter.com/aedurkinricher