Capturas de capos y parientes

 

En una sola rueda de prensa dominguera, el Gobierno dio a conocer múltiples arrestos, como si quisiera mostrar músculo y efectividad en tiempos electorales


Las autoridades ya tienen a su esposa Rosalinda González Valencia, a su hijo Nemesio, a su cuñado Gerardo González, a su concuña Wendy Amaral Arévalo y el papá de ella, Héctor Amaral Padilla, pero “El Mencho” Nemesio Oseguera Cervantes continúa prófugo, tan relevante para México y Estados Unidos como el viejo capo Rafael Caro Quintero. Fundador y líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio fue declarado, hace pocas semanas, enemigo público número uno en Chicago, como antes se había designado a Joaquín “El Chapo” Guzmán y en el siglo pasado al mafioso Al Capone.

En una sola rueda de prensa dominguera, el Gobierno dio a conocer múltiples arrestos, como si quisiera mostrar músculo y efectividad en tiempos electorales. Operativo Escudo Titán se ha denominado al más reciente esfuerzo coordinado por las secretarías de Marina, Defensa Nacional, Gobernación, Consejo Nacional de Seguridad, Procuraduría de la República y Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (Cisen, a quien el secretario de Gobernación Alfonso Navarrete llamó “órgano de inteligencia civil del Estado”).

Además de la detención de Rosalinda, esposa de “El Mencho”, en Zapopan, se destacó el arresto de Gerardo Botello Rosales, apodado “El Cachas”, operador del CJNG en Michoacán y Guanajuato, quien aportó información para incautar 270 kilos de cocaína en Tláhuac, en la Ciudad de México, territorio dominado por narcomenudistas.

Un expolicía de Iguala, señalado entre los responsables del secuestro y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa entre el 26 y 27 de septiembre de 2014, fue otro logro de Escudo Titán.

Horas después sería sorprendido el exjefe de las autodefensas en Tepalcatepec, Michoacán, Juan José Farías Álvarez, mejor conocido como “El Abuelo”, a quien se le imputa operar para el CJNG en Michoacán y otros estados.

Lo que no aparece por ningún lado son los millones de dólares que varios de estos personajes habrían lavado en México y en otros países, como Uruguay, donde fueron ubicados y enviados a prisión Gerardo González Valencia, uno entre 18 hermanos michoacanos llamados Los Cuinis, su esposa Wendy y su suegro Héctor. Una investigación periodística sobre los Panamá Papers y el despacho Mossack Fonseca permitió ubicar a estos mexicanos en una lujosa suite de Punta del Este.

En abril de 2016 fueron capturados tres mexicanos más, cocinera, jardinero y chofer, empleados y prestanombres de Los Cuinis. Inmediatamente el gobierno de Estados Unidos solicitó la extradición de Gerardo, de la misma manera que reclamó la entrega de su hermano Abigael, preso hace más de un año en México, igual fundador y dirigente del CJNG. En Uruguay se procesa a Gerardo y a su suegro Héctor por lavado de activos. Wendy está en libertad condicional y pagó 25 mil dólares de fianza para que se le permitiera viajar a su país por razones humanitarias a visitar a sus tres hijos. La autoridad les incautó un chalet en Punta del Este con valor de dos millones de dólares, cuando ya se disponían a huir a un nuevo escondite en Brasil.

Según la Oficina para el Control de Activos en Estados Unidos (OFAC), Los Cuinis y el CJNG prefieren a las mujeres para encabezar empresas reales y de fachada con fines de blanqueo de ingentes cantidades de dinero. El Departamento del Tesoro de EU ubica al CJNG como el grupo traficante más enriquecido de México. Sería deseable que el Gobierno ubique y decomise los recursos de la esposa lavadora