El PRI nació para mantener el poder, no para la democracia

 

El PRI ha perdido elecciones cada vez que quiere jugar a la democracia


… y menos la democracia interna.

Si el principio fundador del PRI como PNR hubiera sido la democracia, en realidad nunca habría nacido. El PRI apareció para mantener el poder de la élite revolucionaria, para distribuir ese poder y para convertir al presidente de la república en el eje del sistema político posrevolucionario.

Los priistas que buscan la democracia interna del PRI van a destruir al PRI desde dentro –una implosión terminal– o sólo buscan garantizar posiciones legislativas.

López Portillo, De la Madrid, Salinas, Colosio, Zedillo y Labastida no fueron priistas, sino que usaron el PRI para sus carreras hacia la Presidencia. Madrazo sí fue del PRI y los priistas lo hicieron perder y Peña Nieto puede ser desbarrancado en el manejo del PRI.

Los priistas rogaron por que Zedillo olvidara sus palabras de que mantendría una “sana distancia” entre el presidente de la república y el partido se equivocó con los candados porque el candidato fue Francisco Labastida por el cual no votaron ni los priistas.

Los priistas callaron en la XIII asamblea de marzo de 1987 cuando Salinas de Gortari y Pedro Aspe sustituyeron los documentos básicos históricos del PRI por el Plan Nacional de Desarrollo y perfilaron la candidatura de Salinas por encima de Cuauhtémoc Cárdenas. Eso sí, se entusiasmaron con la XIV de Colosio en 1990 para meter candados en candidaturas de la base y celebraron la XVII de Santiago Oñate para frenar las precandidaturas de Guillermo Ortiz Martínez y José Angel Gurría Treviño para que llegara Labastida a perder la presidencia.

La relación del presidente de la república con el PRI nació el 28 de septiembre de 1928, seis meses antes de su presentación formal. Y nació en una reunión a puerta cerrada entre el presidente Elías Calles con una representación de los generales. Para evitar una nueva lucha fratricida entre esas élites, Elías Calles solicitó tres cosas: que ningún militar buscara la presidencia interina ni la constitucional, que se construyera un espacio político para negociar soluciones políticas antes de que estallaran en guerras internas y que el presidente de la república fuera el vértice único de este modelo de toma de decisiones.

En este sentido, el PRI nació para mantener el poder ya ganado en la Revolución. Y su única base de legitimidad era la política de bienestar social derivada de la agenda de transformaciones sociales que estimularon el movimiento armado.

La única ocasión que el grupo revolucionario ejerció la democracia fue fallida: la presidencia de Madero fue derrocada por la democracia.

Las otras dos ocasiones en que el PRI jugó a la democracia llevaron a derrotas presidenciales. Labastida y Madrazo fueron candidatos por elección interna y los priistas se dividieron. En otras ocasiones, los priistas prefirieron disciplinarse y negociar internamente posiciones de poder.

El problema del PRI en el poder no es la democracia interna, sino el vigente modelo neoliberal de desarrollo que diseñó Salinas de Gortari desde 1979. El PRI ha perdido elecciones por su programa de estabilización macroeconómica que destruyó la política de bienestar social; el PAN, el PRD y ahora Morena se quedaron con esas banderas populistas y han ido desplazando al PRI.

El PRI ha perdido elecciones decisivas cada vez que quiere jugar a la democracia.

Por eso hay que alentar ese juego democrático de los priistas, a ver si ahora sí el PRI pasa al geriátrico del poder.

Política para dummies: la política es el sentido de la realidad, el realismo, de lo real: lo demás es demagogia.

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