Recortes al gasto

En últimas fechas se ha generado presión, sobre todo en redes sociales, para que el Gobierno recorte gasto, y en más de una ocasión el Gobierno se ha comprometido a recortarlo, y en más de una ocasión nuestros gobernantes, comenzando por Peña Nieto, han afirmado que lo han hecho. Lo cito, de su mensaje a la nación, del 5 de enero: “Lo primero que hicimos antes de tomar esta medida (aumentar el precio de los combustibles), fue recortar el gasto del propio Gobierno de la República en casi 190 mil millones de pesos”. La cuestión es que, según las cifras oficiales, el recorte es inexistente, y lo que tuvimos fue lo contrario.

Para 2015 se aprobó un presupuesto de egresos de 4 mil 694 millones de pesos.

Al final de cuentas, según los datos presentados en la Cuenta Pública 2015 (informe que la SHCP presenta a la Cámara de Diputados, y que contiene, entre otras, la información presupuestaria del Gobierno de la República), el gasto ejercido fue de 4 mil 917 millones de pesos, 4.8 por ciento más que lo originalmente presupuestado por el Ejecutivo y aprobado por el Legislativo. En 2015, pese a que se dijo que lo habría, no hubo recorte.

Dado que la Cuenta Pública se da a conocer el 30 de abril de cada año, no tenemos todavía toda la información completa para 2016, pero a lo largo de los nueve primeros meses del año, según la información del Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 y del Informe sobre la Situación de las Finanzas Públicas correspondiente al tercer trimestre del año pasado, el gasto gubernamental resultó 6.2 por ciento mayor que el presupuestado. No hubo recorte.

¿Cuál es la principal resistencia a los recortes al gasto gubernamental? Las clientelas presupuestarias, grupos de presupuestívoros que reciben alguna partida presupuestal, grupos de interés pecuniario a los que les conviene recibirla, gobernantes a quienes les conviene concederla. Y esas dos conveniencias forman una fuerte resistencia contra los recortes.