Grabadores americanos exponen consecuencias de explotación minera

 

* La curaduría de la muestra es del artista mexicano-canadiense Alec Dempster México, 9 Jun (Notimex).- Artistas del grabado de 20 países del continente americano, plasmaron en 43 obras las violaciones a los derechos humanos y ambientales derivados de la excesiva y descontrolada industria minera en su territorio. Proveniente de Estados Unidos, Tierra herida. Grabados […]


* La curaduría de la muestra es del artista mexicano-canadiense Alec Dempster

México, 9 Jun (Notimex).- Artistas del grabado de 20 países del continente americano, plasmaron en 43 obras las violaciones a los derechos humanos y ambientales derivados de la excesiva y descontrolada industria minera en su territorio.

Proveniente de Estados Unidos, Tierra herida. Grabados de las Américas se presenta en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en el Zócalo capitalino, para generar un debate en torno al tema, despertar consciencia social y ecológica del público para impulsar acciones contra dichas afectaciones.

La curaduría estuvo a cargo del artista plástico mexicano-canadiense Alec Dempster, especialista en grabado, poeta y músico, quien es defensor de los derechos ambientales e indígenas, interesado en las culturas huasteca y jarocha.

En un comunicado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que una parte de la exposición trata del tema de los movimientos sociales y los personajes que han denunciado abusos de industrias mineras en sus países, y quienes incluso fueron reprimidos con violencia.

Entre ellas se encuentran los grabados Berta Cáceres, de Carlos Barberena; La Puya resiste, de Carmela Enríquez; La protesta, de Osvaldo Ramírez; Pueblo zapoteco, de Gabriela Morac; Assasination of Mariano Abarca, de George Walker; Havasupai Resistance, de Daniel González; y Bagua, de Gloria Quispe.

Otra parte de las obras exhorta a las poblaciones de países como Nicaragua, Colombia, Honduras y México a unirse a los movimientos de resistencia contra el avance de la minería por los daños ambientales y a la salud que provocan.

Ahí se ubican La canadiense, de René Arceo; No a la minería, sí a la vida, de Marta Chudolinska; Honduras resiste, de Zamer; La amenaza de Wirikuta, de Manuel Ruelas; Sin valor real, de Jésica Cruz; y Ejercitando la memoria, de Alicia Zamora.

Las piezas Lo que nos dejan, de Elisa María Monsalve; Futuro incierto en Yanacocha, de Luis Antonio Torres Villar; Tierra herida Haití, de Jimena Ramos; Crucitas, de Carolina Córdoba Zamora; y El Distrito de Bento Ribeiro inmovilizado en la pátina de lama letal”, de Francisco José Maringelli, entre otras.

La exposición también ilustra el daño que se ha provocado en algunas ciudades y pueblos indígenas, como la contaminación de sus recursos naturales o el desplazamiento forzado, obras como Lo que nos dejan, de Elisa María Monsalve; y Crucitas, de Carolina Córdoba Zamora.

Las metáforas gráficas de la minería representada como un ente maligno que consume vorazmente los recursos y que destruye el paisaje natural, fueron expuestas en las obras The mountain-eating beast, de Alynn Guerra; Caminos de piedra, de Bia Melo; Veta madre, de Poli Marichal; Sin excusas responde tú, de Niurka Guzmán; y Tierra quemada, de Roberto Ferreyra.

En tanto, Pasado y futuro, de América Rodríguez; Rebelión natural, de Dani Scharf; Guerra de los mundos, de Lulhy Cardoso; Caribou Cycles, de Jerry Evans; Aquí, de Patricia Concina; y Lágrimas de la tierra, de Montserrat Alsina plasman la belleza y la fuerza de la naturaleza, que se resiste a la desaparición.

Grabados como Verdachos y morrallas”, de Carlos Tamayo; En las entrañas de nuestra tierra”, de Hortensia Aguilera; y Entrañas de la tierra, de Gabriela Juárez Domínguez, retratan la explotación obrera en las minas, las pésimas condiciones de trabajo y la difícil situación social por la que algunas comunidades se ven obligadas a torturar a la naturaleza para subsistir.

Finalmente, La fiebre de oro, de Carina Suntaxi; Oscuro panorama, de César García “Coco”; Alfabetos urbanos, de Gloria Rojas; Wounded earth, de Jo Ann Lanneville; y Memoria, de Marcel Molina, abordan cómo la humanidad destruye de forma consciente y por consentimiento tácito a la naturaleza, auspiciando su propia destrucción.

-Fin de nota-

 

NTX/AFG/MSG