Edgar Corzo busca dirección de Facultad de Derecho de la UNAM

El Honorable Consejo Técnico de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió la terna de las candidatas y el candidato para ocupar la dirección de esta instancia universitaria, la cual quedó integrada, en orden alfabético, por Edgar Corzo Sosa, Julieta Morales Sánchez y Sonia Venegas Álvarez.

Las críticas no se hicieron esperar tras la inclusión de Edgar Corzo Sosa dentro de la terna para elegir al nuevo director de la Facultad de Derecho, pues señalan que no conoce a la institución, pues es un profesor que apenas imparte una materia cada dos semestres o que solo pasa cuatro horas a la semana en sus aulas. 

Ya instalado en la terna, esta semana el maestro Edgar Corzo ha pasado la mayor cantidad de horas juntas de toda su vida, en la Facultad para hacer campaña y darse a conocer. El problema es que lo ha hecho con una ingenuidad que asombra. 

Aseguran que Edgar no conoce a nadie y no sabe quién es quién en la comunidad educativa que pretende dirigir, pues se ha dedicado a “convencer” y sumar a su causa, a lo más impresentable y desprestigiado de la planta de profesores: Héctor Velázquez Rangel, Miguel Ángel Suárez Romero y Mauricio Rangel Rangel, son tres de los pajes que acompañan al investigador a todas partes y promueven su candidatura. 

Los tres profesores son los mismos que llevaron a Imanol Ordorika a la Facultad de Derecho durante la campaña por la Rectoría, donde aseguran que para organizarle un evento se logró convocar a la fabulosa cantidad de seis personas, incluidos ellos mismos. Por supuesto, tampoco debe saber que los tres son profesores castigados, marginados y hechos a un lado, por quejas en su contra, por incumplimientos y por reiteradas conductas sancionables.

Con sus decisiones y la formación de su grupo compacto, Edgar Corzo le ha dado la razón a quienes acusan su falta de identidad y conocimiento de la Facultad de Derecho; algo que, si actúa conforme a su responsabilidad, la Junta de Gobierno nunca podría ignorar y menos dejar pasar. 

RGH