Sus notas, hermosamente unidas en sus melodías, siguen sonando como si el tiempo no hubiera pasado. El alemán Johann Sebastian Bach murió el 28 de julio de 1750 en Leipzig, a la edad de 65 años.
Tras su muerte, sus obras vocales, sus canciones y su música sagrada fueron olvidadas durante un tiempo, hasta que fue descubierto a principios del siglo XIX. Fue gracias al compositor Félix Mendelssohn-Bartholdy que se volvieron a escuchar sus notas de música sagrada en 1829.
Primeros años
Después de la muerte de sus padres, Bach, de 9 años, vivió con su hermano Johann Christoph, un organista que se hizo cargo de su formación musical. Luego, a principios del siglo XVIII, comenzó su carrera como compositor e intérprete.
En 1703 fue organista de la iglesia de San Bonifacio, en Arnstadt, y posteriormente se trasladó a Weimar, donde encontró la atmósfera adecuada para desarrollar su talento.
Bach contrajo matrimonio en 2 ocasiones y procreó 20 hijos, de ellos se desempeñaron como compositores Wihelm Friedmann, Carl Philipp Emanuel, Johann Christoph Friedrich y Johann Christian.