El Boeing 767 es un modelo muy antiguo, con hasta 30 años de antigüedad, ya que existen dos modelos posteriores, el Boeing 777 y el 787. El avión continúa en estos momentos sobrevolando Tarancón, situado a 86 kilómetros del Aeropuerto de Madrid-Barajas. La situación es bastante grave, de ahí que el piloto esté volando muy bajo con el objetivo de descargar la mayor cantidad de combustible posible, ya que a menor altura, mayor presión, y por lo tanto, mayor cantidad de combustible se consumirá.

Captura de Flightradar a tiempo real/Flightradar

El piloto ha sido el encargado de declarar la situación de emergencia. Además, es el propio piloto quién decide con qué cantidad de combustible decide intentar realizar el aterrizaje de emergencia. Si el aparato ha perdido el tren delantero, deberá intentar aterrizar con la “panza” del avión, lo que produciría que saltasen chispas del roce de la máquina con el asfalto. De ahí que la cantidad de combustible se tenga que reducir lo máximo posible para evitar que se produzca un incendio.

El Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas tiene dos pistas, el eje este y el eje oeste. Los controladores despejarán el eje oeste, el cual se encuentra sobrevolando, para que pueda intentar acometer el aterrizaje y evitar que haya más aviones en la pista, para reducir riesgos en caso de accidente. Aunque los controladores despejen el tráfico aledaño de dicho eje oeste, creando un círculo de seguridad, será el piloto el que decidirá en qué eje del aeropuerto aterrizará.

El protocolo de emergencia se encuentra activado, con todos los servicios de emergencia preparados, sobre todo ambulancias y bomberos. El piloto está entrenado durante su preparación en el simulador, para intentar tomar tierra tras la pérdida del tren de aterrizaje. Existe un precedente de un avión de Delta AIRLINES, un Boeing 777, que también perdió el tren de aterrizaje.