Profesión de amor

Xavier Rodríguez

Diez para las cinco, dijo el oficial. Las brigadas de limpieza de la Ciudad de México iban borrando los vestigios de la XXXIX marcha del orgullo Lésbico Gay Transexual Transgénero Intersexual Queer al paso de las últimas personas, en la retaguardia de la movilización.

Más de treinta caravanas en plataformas, tráileres, camiones del metrobús e incluso tranvías, pasaron por las calles de Reforma en dirección al zócalo.

Por ahí transitaron la Red de madres lesbianas de México, el Movimiento de los Trabajadores Socialistas, los representantes de 15 embajadas, el grupo de la diversidad conocido como los “Osos”, entre miles de personas más.

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Los “Vaqueros del Centro” iban en uniforme blanco, con motivos de colores brillantes en los hombros, gafas y sombrero; uno tras otro, pasó el contingente de estudiantes del IPN y del Tec de Monterrey, el del Instituto Mexicano de Psicología, el de las iglesias por la paz.

En la marcha se agitaban banderas multicolores con la estrella de David, había superhéroes como el chapulín colorado y la mujer maravilla, chinas poblanas, cuatro botargas, dos hombres y dos mujeres en zancos, con la leyenda “Cásate conmigo. El amor no tiene género”; Alicia y la Reina de corazones de la mano, tres dioses egipcios en rojo, azul y negro, junto a un metálico caballero águila de color verde jade.

El ritmo pasó de la música electrónica a la banda, al pop y al rock, entre los diversos contingentes.

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¡Qué perra que perra, que perra mi amiga! Gritaba un grupo de manifestantes ante el beso de dos chicas. “¡Esos mirones, también son maricones!”, “¡Derechos iguales a todas las transexuales!”, eran algunas de las consignas.
Muchas personas en los márgenes de la movilización traían coronas multicolores de una empresa de hamburguesas y tomaba fotografías con sus teléfonos celulares.

Las calles se llenaron de amor, de risas, de besos y abrazos entre personajes de fantasía. Había de todo. Manifestantes con shorts entallados y zapatillas, con máscaras con cuernos y ligueros, ángeles unicornios de colores rosa y verde pastel, faunos y hadas, castigadores bondage y familias enteras con hijos.

En el centro, el primer contingente llegó al filo de las 3 de la tarde. La gente que ya estaba frente al templete de espectáculos se arremolinaba para verlo pasar. El cielo, con algunas nubes, por momentos obscurecía, pero los colores del arcoíris se reflejaban en la plancha del zócalo, que al estar en remodelación sólo dejó una esquina para la llegada de los manifestantes.

La SSP calculó 23 mil personas en el zócalo. En la realidad, la marcha llenó por dos horas el tramo entre la Plaza de la Constitución y el Ángel de la Independencia.

Al arribo de la marcha al zócalo hubo un incidente entre encapuchados y gente que defendía su concepto de “familia natural”. Al respecto, casualmente minutos antes Rafa hablaba de ello, un padre de familia que levantaba una cartulina a la altura de Bucareli: “Yo lo que no puedo entender es que haya gente que defiende la familia con odio y coraje… Yo creo que la familia debe profesar amor…”.

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GG