¿Cómo tratar la eyaculación precoz?

 

Debes acercarte con algún médico que te ayude a diagnosticar si realmente sufres eyaculación precoz o sólo tienes falsas ideas sobre el sexo.


Si sospechas que sufres de la eyaculación precoz, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte, pues se trata de algo bastante común.

Una de cada tres personas reconoce haber padecido este problema, según cifras de la Clínica Mayo de Estados Unidos.

Hoy en día existen diferentes tratamientos, medicamentos y ejercicios para tratar esta situación.

Una investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania indica que de tres a siete minutos se considera una relación aceptable, mientras que de siete a 13 minutos estaríamos hablando de algo deseable.

Señala que de 10 a 30 minutos es un encuentro “demasiado largo” y que de uno a dos minutos es “demasiado corto”.

Estos tiempos son a partir del momento de la penetración y no toman en cuenta el juego previo.

Recuerda que el sexo no sólo es meter y sacar, sino que tiene un sinfín de opciones que puedes explorar antes de llegar al acto en sí.

Debes acercarte con algún médico que te ayude a diagnosticar si realmente sufres eyaculación precoz o sólo tienes falsas ideas sobre el sexo.

Para darte cuenta si sufres o no este problema aquí te dejamos los síntomas:

  • Siempre o casi siempre eyaculas en un lapso de uno a tres minutos después de la penetración.
  • No puedes retrasar la eyaculación durante el sexo nunca o casi nunca.
  • Te sientes afligido y frustrado y, como consecuencia, tiendes a evitar la intimidad sexual.
  • Además, esta condición puede clasificarse en dos grupos. De por vida: es decir que se ha padecido desde el primer encuentro sexual. Adquirida: O sea, que se se presentó luego de varias relaciones sexuales en las que no había problemas de eyaculación.

La eyaculación precoz no sólo es un tema psicológico, sino que también tiene que ver la cuestión biológica y fisiológica de cada persona.

Algunos factores psicológicos que intervienen pueden ser experiencias sexuales tempranas, abuso sexual, imagen corporal negativa, depresión, preocupación por la propia eyaculación precoz y sentimientos de culpa por esta situación.

Otro factor a tomar en cuenta es la disfunción eréctil, pues muchas personas se aceleran al momento del acto para no perder esa erección. La ansiedad y el estrés también son factores que pueden acelerar el momento del clímax en los hombres.

La biología también tiene que ver, por ejemplo, los niveles hormonales irregulares, lo mismo pero con las sustancias químicas cerebrales, alguna hinchazón en la próstata o la uretra y hasta una cuestión hereditaria.

Los medicamentos usados contra la eyaculación precoz son:

Geles, cremas o atomizadores: se colocan sobre el pene y, regularmente, contienen algún anestésico como benzocaína, lidocaína o prilocaína. Se deben untar 15 minutos antes del sexo y normalmente no requieren receta médica. Aunque han demostrado ser eficaces, a veces adormecen los genitales de ambas personas, reduciendo la sensibilidad en la zona.

Antidepresivos: esto se debe a que algunos de estos medicamentos tienen el efecto secundario de retrasar el orgasmo masculino; esto incluye a la paroxetina, el escitalopram, el citalopram, la sertralina o la fluoxetina. Sin embargo, esta clase de medicamentos sí necesitan receta médica y pueden provocarte otros efectos no deseados en tu vida diaria.

KJ