El domingo Meade podría corregir campaña

 

El discurso del candidato de Todos por México le ha ayudado poco, de acuerdo con expertos


El debate del próximo domingo será determinante para las aspiraciones presidenciales de José Antonio Meade, coinciden especialistas en materia electoral.

El candidato de la coalición Todos por México podrá presentar una faceta que hasta ahora no hemos visto, ni siquiera sus simpatizantes más cercanos, asegura Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, quien señala que “es un momento determinante” para su campaña proselitista.

Advirtió que puede ser su oportunidad, pero existe el riesgo de que no “levante” y comience a diseminarse la idea de que se trata de un candidato que no “calienta y no supera las expectativas”.

De acuerdo con Roy Campos, la ventaja con la que se presenta el aspirante del PRI es que no se espera mucho de él, porque está posicionado en el tercer lugar de la mayoría de las encuestas, y cerca de 20 puntos o más del puntero Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, consideró que no importa ni la propuesta ni el ataque, sino la forma en que lo haga, es decir, debe modificar su mensaje, de tal forma que sea fácil para el electorado entenderlo.

“Si lo hace de forma mecánica, preparada, fría, pues será más de lo que hemos visto en estos 21 días de campaña; no tiene que ser emotiva, que conecte con la gente”.

En lo anterior difiere Francisco Abundis, director de la encuestadora Parametría, quien destaca que los debates no son definitivos en las contiendas electorales, porque al final del día, quienes presencian este tipo de encuentros ya han definido su posición política y difícilmente la cambiarán.

Sólo sirve para reafirmar lo que ya sabemos, que tal o cual candidato es bueno para la retórica o que ganó porque presentó mejores argumentos, pero nada sustantivo.

Incluso indica que los debates son más relevantes por lo que ocurre después, porque la discusión se centrará, ahora sí, en la confrontación de ideas, aunque también se corre el riesgo de las redes sociales, donde los oponentes pueden tergiversar los argumentos esgrimidos para generar la apariencia de “un descalabro” en el encuentro de candidatos.

Abundis advirtió en torno al riesgo de sobredimensionar los debates “como la bala de plata” que habrá de acabar con el candidato puntero, aunque sí pueden servir para lograr la descalificación de López Obrador y abrir una ventana de esperanza.

En lo que sí coincide con Roy Campos, es que el debate será más benéfico para el candidato independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien podrá colocarse en el centro del debate con sus ideas.

Las propuestas deben ser privilegiadas frente a las descalificaciones, se pronunció el académico de la Universidad La Salle, Julio Jiménez, quién afirmó que las posiciones tampoco se moverán de forma drástica después del debate, pero Meade puede aprovechar para tratar de convencer a un importante nicho de electores indecisos que esperan propuestas y posicionamientos para decidir su voto.

Los tres coincidieron en que Meade debe marcar distancia de la administración federal y de los malos políticos emanados del PRI, aunque consideran un movimiento arriesgado esta posición.

Francisco Abundis destacó que la tercera posición, ocupada por Meade, no necesariamente es su responsabilidad, porque representa al oficialismo y una parte de la sociedad está molesta con el gobierno actual, por lo que no conecta con esa masa antisistémica.

El académico Julio Jiménez señaló que Meade es postulado en el peor momento para el PRI, pero también por los otros partidos que integran la alianza, pues están ligados a casos de corrupción, una pesada carga.

Roy Campos reconoce que Meade se enfrenta a otra dificultad: para sus adversarios no existe; Andrés Manuel López Obrador no buscará atacarlo, Ricardo Anaya no se desgastará en dialogar con él y tanto Margarita Zavala como Jaime Rodríguez enfocarán sus baterías contra el puntero.

Lo más conveniente para el aspirante del PRI es que su mensaje, menciona Roy Campos, produzca un debate interesante y que, a partir de este encuentro, todo mundo hable de él, que logre colocar en la agenda política su discurso, algo que hasta ahora no ha funcionado.

Los tres analistas consultados concuerdan en que José Antonio Meade debe modificar el discurso que hasta ahora ha difundido, con mensajes menos elaborados y de mayor cercanía con la gente, pues el electorado no lo siente cercano, incluso lo ve confundido y demasiado correcto.