Presentan libro Colores de Libertad, caso de Teresa, Alberta y Jacinta

México, 12 Mar (Notimex).- La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, confió en que la experiencia de tres mujeres indígenas acusadas injustamente, protagonistas del libro Colores de Libertad, contribuya a erradicar discriminación, abuso, corrupción e impunidad a manos de autoridades del país.

Al encabezar la presentación de dicha obra literaria, refrendó que se debe erradicar cualquier forma de discriminación que sentencie a procesos injustos a grupos de población enteros por razón de su origen étnico o por desigualdad social.

“Este libro no solo debe servir como testimonio, sino que debe ser un llamado a la acción, tanto para la sociedad como para las instituciones del Estado mexicano”, expresó la funcionaria federal.

Precisó que si bien sembrar evidencias era la costumbre, ya no lo será.

En 2006, a Teresa, Alberta y Jacinta se les acusó, sin prueba ni fundamento legal, de secuestrar a seis agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI), “historia que para muchos podría parecer por demás absurda e inverosímil, tuvo para ellas consecuencias desgarradoras; pasaron entre tres y cuatro años en la cárcel”, puntualizó.

Se enfrentaron a la privación de su libertad como consecuencia de una acusación falsa de la Procuraduría General de la República (PGR), que nunca presentó evidencias y llevó un proceso plagado de irregularidades.

Esta historia, añadió, “merece ser recordada y compartida para recodarnos la persistencia sobre la discriminación en el acceso a la justicia en nuestro país y, sobre todo, para que nunca más se repita un caso como el que ellas vivieron”.

Sánchez Cordero relató su conocimiento del caso cuando integraba la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el proceso de apelación que se siguió alrededor de éste, hasta decretar la libertad de estas tres mujeres, así como el acto de disculpa pública del Estado mexicano.

Reconoció a Miguel Pulido, autor de la obra, por contribuir a la reflexión sobre la impartición de justicia en el país, y poner de relieve cómo la vivieron no solamente por la condición femenina, sino además por ser indígenas, “tres mujeres que ni siquiera hablaban español”.

El tema, precisó, no radicaba en los años que llevaban en reclusión, y que por ende se pudiera compurgar la sentencia por la supuesta posesión de drogas, el tema no era ese, es su inocencia del delito del que se les acusaba.

“Estaban acusadas de posesión de droga porque ya saben que en este país era la costumbre, ya no va a ser. Era la costumbre sembrar evidencias por todos lados y a todos, para inculpar a quienes se quería inculpar; a veces adversarios políticos y otras veces, como en este caso, pues por una razón casi de revanchismo”, lamentó.

En el Salón “Jesús Reyes Heroles” de la Segob, destacó algunas cifras que se revelan en la Encuesta Nacional sobre Discriminación en 2017, en torno a que la población indígena del país es una de las que enfrenta más prejuicios, estereotipos y actitudes discriminatorias.

El subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas Rodríguez, recalcó que la reparación del daño a estas tres familias siempre será insuficiente.

“Debemos tener claro que la responsabilidad del Estado no ha terminado con el reconocimiento que se hizo en 2017, sino que queda pendiente la garantía de no repetición de estos actos contra cualquier ciudadano y ciudadana en México”, expresó.

La presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Alexandra Haas Paciuc, consideró necesario erradicar las prácticas discriminatorias en las instituciones mexicanas para que no se repita la historia de Jacinta, Teresa y Alberta.

En ese sentido, ratificó que era muy importante contar la historia de estas tres mujeres para acercar la agenda contra la discriminación a la sociedad.

Miguel Pulido Jiménez, –que también tiene una versión en comic—, dijo que es significativo que quienes estén en el poder se ganen la legitimidad, que apelen a la confianza de la ciudadanía, “pero también es importante que reconozcamos que la posibilidad del error –y principalmente del error judicial— es peligrosísima”.

Resaltó que “esa era la intención de contar esta historia desde otra perspectiva, la única forma de enfrentar la impunidad es haciéndonos cargo de aquello que ha salido mal”.

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