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obre país con funcionarios ambiciosos y voraces


No sé si alguien haya tenido la idea de comenzar a juntar emolumentos para la campaña presidencial de Miguel Ángel Mancera, pero existen indicios claros de que las cosas van en ese sentido, o simplemente es que la honestidad ha quedado solamente en el discurso. Por lo pronto, lo que se ve difícil es que vuelva a ser candidato del PRD, y sus asesores le han hecho creer que a través de una candidatura independiente pudiera tener alguna posibilidad.

La compra de cuatrocientas mil alarmas vecinales a precio alzado dejó, a decir de los especialistas, la nada despreciable suma de mil quinientos millones de pesos en comisiones.

Adicionalmente se adquirieron 178 camiones recolectores de basura con equipamiento para la separación de residuos, pero seguramente la “joya del proyecto” será la construcción del complejo inmobiliario en la zona de Chapultepec.

Claro está que, para evitar la desconfianza de los ciudadanos el secretario de Finanzas, Edgar Amador, aseguró que el Gobierno capitalino no va a regalar a nadie los treinta mil metros cuadrados que comprende, y que todos los trámites se realizarán conforme a derecho. Eso quiere decir que el jefe de Gobierno cínicamente hará uso de sus facultades para enajenar una buena cantidad de años el patrimonio de todos los que aquí habitamos y pagamos impuestos. Seguramente piensan que somos tontos.

De acuerdo con información proporcionada por el mismo Gobierno de la Ciudad de México, el tiempo de la concesión será de cuarenta y cuatro años, renovable por veinte más de forma automática si así lo solicitan los usufructuarios. ¿Cuál será el beneficio para la gente? Porque es una parte importante del patrimonio de los mexicanos, a quienes, por cierto, Miguel Ángel Mancera está viendo como clientes y no como contribuyentes cuando de utilizar la vía pública se trata. Si mal no recuerdo, con los parquímetros le vieron la cara a los mexicanos.

Hay personas que por hambre pasan muchos años en la cárcel y quienes escudándose en el quehacer público obtienen ganancias ilegítimas. Este tipo de actos oscuros también provocan el detrimento de la autoridad moral de la estructura gubernamental. Los mexicanos somos hasta ahora rehenes de la delincuencia oficial y civil, y el cinismo con que ahora se conducen los funcionarios resulta ofensivo.

La pregunta es: ¿por qué al igual que con el parque lineal no se realizó una consulta vecinal? La respuesta es muy simple: no permitirían que por segunda ocasión se les fuera de la mano un jugoso negocio que ministrará los fondos suficientes para pagar una campaña presidencial. Pobre país con funcionarios ambiciosos y voraces, y sin elementos para defender a su gente.

Al tiempo.

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