Calzada Zaragoza: la pesadilla

 

Los próximos cinco meses, cuadrillas de trabajadores intervendrán de avenida Guelatao a La Concordia


La calzada Ignacio Zaragoza es para los urbanitas de esta monstruópoli terrible, aceitosa, seductora, neuras y esquizofrénica; hipocondriaca, veloz en horas inhábiles, anquilosada y demencial en horas pico; reptil obeso, sobresaturado, que a fuego lento digiere automotores atrapados en un tránsito de 10 km por hora: souvenir gangrenado de lo que está siendo el México de hoy y lo que será el venidero; también es plañidera vía, multiétnica, sofocante, peligrosa para perros y humanos: lo balean por oponerse a ser asaltado; muere una joven atropellada; arrollan a dos motociclistas y quedan prensados; dos personas fallecen por asalto; metrobús arrolla a ciclista; tráiler se impacta contra barda; policía apoya nacimiento de bebé en la calzada; hombre se arroja desde un puente; matan a militar; transexual es atacado; por exceso de velocidad choca y muere; arrollan al perro en la esquina de Periférico Oriente…

La Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX identificó 10 cruceros peligrosos por la cantidad de delitos que ahí se cometen: atracos a cuentahabientes, a pasajeros; robo de auto, en taxi y a transeúnte… Destaca el crucero ubicado en Boulevard Puerto Aéreo y Zaragoza, cercano al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México: entre las 18:00 y las 22:00 horas ocurren más delitos; proveedores de droga surten a conductores de micros, peseras, autobuses y tráileres bajo el puente, y parten, raudos y veloces, con su carga humana rumbo al inframundo del oriente metropolitano: “Primero muertos que llegar tarde”, es el lema.

Su grado de contaminación por emisiones de automotores y aviones sobresale. El ruido inicia desde la madrugada y no cesa. Si acaso disminuye entre la medianoche y las 4 de la madrugada.

Ignacio Zaragoza es una de las principales avenidas de la Ciudad de México: la atraviesa de centro a oriente, desde Eduardo Molina, a espaldas del Congreso de la Unión, del Palacio Nacional, hasta el distribuidor vial y puentes de La Concordia, donde se convierte en la autopista Mexico-Puebla; en días previos y posteriores a las celebraciones que honran a la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre), se convierte en principal vía de acceso para los fieles que acuden al santuario de la Morena del Tepeyac desde las entidades ubicadas al oriente y sureste del país.

El tránsito, entonces, convierte a la calzada en monumental estacionamiento donde los conductores se disputan el paso milímetro a milímetro, para llegar a su destino horas después, con la fatiga y el malhumor a flor de piel.

Organizaciones sociales como Antorcha Campesina, el Frente Urbano Popular Francisco Villa y la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata, con frecuencia cierran la circulación como forma de presión para que las autoridades atiendan sus demandas, al igual que colonos que se quejan por la falta de agua potable, y estudiantes que exigen se abata la inseguridad en la zona.

A lo anterior se suma el reciente aviso de las autoridades capitalinas: durante los próximos cinco meses, cuadrillas de trabajadores intervendrán el tramo que va de avenida Guelatao a La Concordia, en la delegación Iztapalapa, para rehabilitar el asfalto mediante una inversión de 133 millones de pesos.

El mantenimiento y reencarpetado en calzada Ignacio Zaragoza, detalló la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad, se realizarán a lo largo de 11.4 kilómetros de la carpeta asfáltica, en ambos sentidos, de 23:00 a 5:00 horas, “para no afectar demasiado la circulación vehicular”.

Yohaed Castro cursa el bachillerato en las inmediaciones del Metro Agrícola Oriental. Avecindado en Talpizahuac, rumbo a Ixtapaluca, se levanta a las 04:00 de la madrugada, se baña, acicala y traslada para ingresar al plantel a las 07:00 horas. Considera que, como muchos de sus vecinos que diariamente viajan a la CDMX, buscará asilo en casa de algún familiar mientras la pesadilla transcurre: “Con las lluvias y las obras es peor el tránsito. El tren férreo, Línea A, que habitualmente tarda 20 minutos en hacer el recorrido, tarda hasta hora y media. No quiero arriesgar mi semestre”.

La pesadilla apenas inicia y pagan el pato los miles y miles de trabajadores que desde la madrugada y hasta el anochecer verán cómo se incrementa el tiempo que invierten para desplazarse, hasta ser pesadilla potenciada por la temporada de lluvias, pues el reencarpetado se realizará en ambos sentidos de los cuatro carriles centrales y dos laterales, “en el tramo que es perímetro de la delegación Iztapalapa, lo que representa una superficie total de 170 mil 191 metros cuadrados”, informó la dependencia. Dentro de los trabajos de mantenimiento, se levantará la guarnición del camellón que divide los carriles laterales de los centrales.

A los urbanitas del oriente de esta monstruópoli ya nada sorprende; forjados en el abuso, la injusticia, la violencia e inseguridad, continuarán la venta de su mano de obra barata, invirtiendo horas y horas en trasladarse, incómodos, apretujados, poniendo al mal tiempo buena cara, qué caray: jodidos hemos estado siempre.