Insuficientes

 

Los cambios siempre refrescan la dinámica de un Gabinete Presidencial, pero el presidente Peña se quedó corto


El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, anunció ayer cambios en el gabinete. El anuncio fue escueto y se citó a los medios de comunicación a las 11 de la mañana.

Todos estábamos pendientes de la señal de Cepropie que transmitió el evento y a la que se conectaron la mayor parte de los medios de todo el país. Se preveía una fuerte sacudida en los integrantes del Gabinete Presidencial, pero al final solamente fue una renuncia, y los enroques que ésta provocó.

Lo notorio de la decisión presidencial fue la separación de Luis Videgaray Caso, el hombre que más ha influido en el proyecto peñista desde hace varios años, y quien ahora pareciera tener un futuro incierto y que muy pocos observan como posible candidato a la gubernatura del Estado de México, que ha sido el bastión del grupo político más poderoso del país. Videgaray tiene un elemento en contra: nació en el Distrito Federal.

No creo que los yerros cometidos por la visita de Donald Trump al país estén entre los motivos de su salida, pero siendo justos debe reconocerse la disciplina financiera de los últimos años que llevaron al país a crecer a estándares de 3.5 por ciento, el más alto de América Latina y la creación de más de dos millones de plazas laborables. Si algo se le tiene que criticar es esa carencia de sensibilidad política que mostró siempre, y que le generó fuertes cuestionamientos a causa del montaje de la “Nomenclatura Hacendaria” como señalaban sus principales críticos.

De acuerdo a los especialistas de la ciencia política, los cambios siempre refrescan la dinámica de un Gabinete Presidencial, pero en este caso pienso que el presidente Peña se quedó corto porque hay elementos que por desgracia no le ayudan mucho, y otros a los que difícilmente se les da la eficiencia que requiere un país con tantos pobres como el nuestro. Lo que le faltó al señor Videgaray fue entender que la pobreza solamente la podremos erradicar si ponemos a los pobres a generar riqueza.

Lo previsible es que José Antonio Meade Kuribreña se convierta en el brazo operativo de los proyectos de salida del sexenio, si es que el Presidente tiene un plan de salida ya estructurado y diseñado, pues de lo contrario el desastre puede continuar de forma indefinida. Hasta ahora la recomposición solamente se dio en las estructuras hacendarias, y lo previsible es que continúe en el proyecto social y el de gobernanza. No creo que el señor Peña Nieto se quede solamente en los cambios realizados ayer.

Necesita un proyecto de corto plazo para recuperar la maniobrabilidad social, y después caminar hacia la consolidación del proyecto político si es que quiere darle una oportunidad a su partido de ser competitivo en la siguiente elección presidencial, y con el actual no llegará muy lejos.

Al tiempo.

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