Mañana

 

El Congreso será fundamental. Nos olvidamos de su importancia hasta volverlo receptáculo de la inmundicia, hecha la salvedad de los pocos decentes ahí presentes


Rubén Lara León

Ayer será lo que mañana ha sido. Con estas demoledoras siete palabras inicia Günter Grass su maravillosa novela Encuentro en Telgte, y en un alarde de oficio, con ellas revela exactamente toda la trama posterior. Han venido a mi mente, a propósito de las campañas y de la cercanía de las definiciones que marcarán el camino de los próximos seis años, aunque, siguiendo a Grass, el mañana por venir, ya ha sido.

No cabe esperar cambios repentinos. Quien gane, aun con el más firme propósito de transformar al país, enfrentará toda una red de intereses e inercias, cuyo enraizamiento tan profundo le hará muy difícil implantar sus estrategias.

Desde luego la sola intención de modificar la trama de corrupción y vicios, la convicción de adecentar la función pública e inspirarse en la grandeza del pueblo mexicano para trazar la ruta de navegación, serán facilitadores del arduo recorrido, pero no veremos de un día para otro el resultado, si es que se da.

El Congreso será fundamental. Nos olvidamos de su importancia hasta volverlo receptáculo de la inmundicia, hecha la salvedad de los pocos decentes ahí presentes.

He recordado aquel delicioso pasaje de Jorge Ibargüengoitia en Maten al León, cuando los generales golpistas deben determinar al presidente interino sucesor del caudillo asesinado, y se encuentran un listado de inútiles, lo que hace exclamar desesperado a uno de ellos ¿ya ve compadre lo que nos pasó por mandar a puro pendejo a las cámaras?

No milito en ningún partido, alguna vez lo hice, pero me desencanté cuando las camarillas de corruptos se adueñaron hasta de su ideología, así que las palabras anteriores no llevan dedicatoria, ni filia ni fobia. Simplemente creo necesario alertar respecto al alcance de las expectativas. Nadie podrá por sí solo cambiar la pesadilla en una sola noche.

Debe tenerse presente para no desbordarnos.