Educación sexual, tapar el sol con un dedo

 

Bienvenida la discusión y el debate, contemplando las distintas aristas


Uno de los asuntos que los mexicanos polemizamos frecuentemente es el relativo a la educación sexual, particularmente de los niños y adolescentes, y en especial de los contenidos en dicha materia en los libros de texto de educación básica.

Inadecuadamente el tema es vinculado con cuestiones de carácter moral, ideológico o religioso, cuando el meollo del asunto tiene que ver con la salud pública.

La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 establece que la población joven de 15 a 29 años es de 29.9 millones. Dentro de este grupo el embarazo de las adolescentes de 15 a 19 años es uno de los principales problemas de salud. El número de nacimientos por cada mil mujeres es de 77.

Ello representa problemas de salud para la madre y su producto, de carácter económico, educativo y sicoemocional. Lo anterior lleva aparejados también conflictos de exclusión y desigualdad de género.

Dentro de dicho sector, 44.9 por ciento que declararon haber tenido relaciones sexuales dijeron no haber utilizado un método anticonceptivo durante su primera relación. En las jóvenes de 25 a 29 años dicha proporción aumentó a 54.4 puntos porcentuales.

Soy enemigo de las estigmatizaciones y más aún de las generalizaciones, pero las discusiones como la que se presenta en Nuevo León respecto de los contenidos de educación sexual en los libros de texto gratuito, se han presentado en otras ocasiones también con militantes del Partido Acción Nacional. La forma de vestir, el aborto y las uniones entre personas del mismo sexo han sido temas en los que se han destacado las posiciones conservadoras de los militantes de dicho instituto político. Bienvenida la discusión y el debate, contemplando las distintas aristas. Por delante la salud presente y futura de las personas.

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