Pueblo quieto…

 

Mientras nos chupamos el dedo y publicamos toda suerte de tonterías no nos enteramos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos abrió un expediente a México por el tema de desapariciones forzadas


Adormecidos –por no decir estupidizados– por las elecciones presidenciales, y más allá, por el debate entre los cinco contendientes ilegales, todos con violaciones que ameritan excluirlos de la boleta, hemos dejado que el país marche al garete.

La crónica del ridículo enfrentamiento que pomposamente lucimos como debate, pudo haberse escrito dos, tres días antes de que se celebrara. Tan así, que lo más destacado –y es cuestionable, claro—fue la intervención de la güera que aportó Milenio TV.

A Reforma se lo comieron vivo y la representante de Televisa –a pesar de sus lentes nuevos– tampoco significó. De hecho, y así fue, los periodistas presentes, respetables y todo, fueron la voz de la derecha empresarial. Y bueno, aceptemos que es cosa de admitir a informadores de ideas liberales o progresistas.

Mientras nos chupamos el dedo y publicamos toda suerte de tonterías – incluida la presente—sobre el tema, no nos enteramos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica, y donde ya hemos estado cuando el desafuero del ingeniero Jorge Díaz Serrano, abrió un expediente a México por el tema de desapariciones forzadas.

Y este fin de semana, nuevamente enfrentaremos una condena universal gracias a los buenos oficios de Genaro García Luna, violador contumaz de la ley, actualmente rico empresario restaurantero y de una empresa de seguridad en Florida, Estados Unidos. “Remember” la Cassez…

En la capital las fichas se acomodan.

Al secretario de Finanzas, hombre de Ternurita, lo sustituyen con un hombre del gobernador sustituto. A la ALDF le entregaron la aplicación de recursos para rescate de damnificados del S19 del año pasado.

Dispusieron a tres asambleístas para asuntos propios del billete, y se decidió desbaratar la comisión respectiva y ponerla en manos del manejador de recursos del Gobierno capitalino. Los señalados no fueron castigados, ni siquiera reconvenidos.

Se fue Mancera y no es cosa de que se lleve también la lana. Se cambió de controlador financiero y bueno, ahora todo queda en manos del mero-mero, cuya disposición inicial es que en el sitio donde murieron 49 personas y quedaron damnificadas más de un centenar, se levante un enorme muro con los nombres de los muertitos, un “Memorial” le llaman; mientras los que perdieron su hogar esperan un rincón para proteger a sus familias.

Miles de damnificados viven en campamentos que no han mejorado con el paso del tiempo. Pero ni modo, estamos ocupados en cosas de primerísima importancia: el reparto de huesos vía comicios.