Sin ruta fija

 

Lo previsible es que en los siguientes días la Coordinadora incremente el nivel de sus peticiones


Hay algo que comienza a preocupar a los principales actores y tomadores de decisiones en el país: pareciera que el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha perdido la ruta y extraviado la consistencia del discurso gubernamental. No es que me gusten las predicciones negativas, pero hasta ahora la mayor parte de lo que se comunica desde las instancias presidenciales resulta contrario a la idea de tranquilizar a los mexicanos.

No quisiera corroborar lo que se dice en los corrillos políticos en el sentido de que este gobierno es de ocurrencias, chabacanerías, rapiña, y lo más grave, corrupción rampante por todos lados. Para decirlo con mayor claridad, el orden no existe, cada quien hace lo que piensa que debe hacer, y la sustracción de los fondos públicos se demuestra de forma cínica y descarada.

El extravío ideológico es evidente, la carencia de decisión para imponer el orden resulta brutal, y para colmo de males, la última ocurrencia de Otto Granados ha sido que el SNTE exija lo mismo que la CNTE, para que sean ellos quienes capitalicen el fervor de los trabajadores de la educación.

Quien haya pensado que esa estrategia amainara el problema magisterial, es que no conoce los alcances de Andrés Manuel López Obrador.

Lo previsible es que en los siguientes días la Coordinadora incremente el nivel de sus peticiones y siga metiendo al Gobierno Federal en un laberinto del que le resultará difícil salir. Parece el juego del gato y el ratón, pero en este caso el gato tiene los dientes muy afilados y sabe por dónde camina, caso contrario al ratón en que convirtieron al Gobierno Federal por la ineficiencia y la timorata actitud de los principales colaboradores del presidente Enrique Peña Nieto.

Para colmo de males también se les ocurrió que hay que cubrir el hueco que dejó Manlio Fabio Beltrones Rivera en la dirigencia del PRI, enviando a Enrique Ochoa Reza a inscribirse como el próximo dirigente nacional. Militancia no la tiene, experiencia tampoco, brillo político y reconocimiento por sus resultados al frente de la CFE menos, pero lo que sí tiene y mucha, es una personalidad anodina que seguramente lo haría perder un debate con un miembro de las estructuras juveniles del partido. Mal y de malas las decisiones presidenciales, y lo peor es que está haciendo todo con tal de perder la siguiente elección.

Al tiempo.

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