El patio trasero

 

¿Cómo llegamos a convertirnos en el patio trasero de Estados Unidos?


Dicen los que saben que cuando a los gringos les da gripe a nosotros nos da pulmonía, pero que si a ellos les va bien no existe explicación del porqué a nosotros nos va tan mal. Pese a que muchos hablan de las bondades que podemos obtener si mantenemos una buena relación bilateral, lo cierto es que las cosas nunca nos han favorecido porque no pueden vernos como iguales, y mucho menos como buenos vecinos. México tuvo que soportar la mutilación de su territorio a causa de las ansias expansionistas gringas, pero no fue suficiente y, de vez cuando, voltean la mirada hacia nosotros para ver qué pueden hacer y que les convenga.

Para decirlo de forma clara y rotunda, México es uno de los mejores negocios para Estados Unidos y lo seguiremos siendo hasta en tanto no aprendamos a sacar ventaja de nuestro disfuncional matrimonio, y mucho menos de los 3 mil 140 kilómetros de frontera común.

Nuestro país es el segundo socio comercial de Estados Unidos, el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, y el segundo mercado para otros 20 estados.

Aproximadamente seis millones de empleos en Estados Unidos dependen del comercio con México y cada minuto se comercia cerca de un millón de dólares.

Nuestra frontera es la más transitada del mundo, y más de un millón de personas y 300 mil vehículos se mueven en la zona diariamente. Pero habrá que decir que en estos momentos las presiones sobre el tipo de cambio van a seguir por la misma senda y el dólar se puede disparar en cualquier momento. Y no es que nosotros tengamos que hacer “mutis” o encomendarnos a todos los santos, simplemente es que la campaña de Donald Trump está afectando y moviendo los mercados económicos de todo el mundo.

Al factor Trump, como comienzan a denominar los especialistas al impacto en economías como la nuestra, se suma el hecho de que nuestra balanza comercial con Estados Unidos es bastante disfuncional. En 2010, 80 por ciento de nuestras exportaciones fueron para Estados Unidos. Para 2015 les exportamos 81 puntos porcentuales, pero la mitad de lo que importamos del mundo entero proviene de Estados Unidos. El problema es que el año pasado importamos 2 mil 97 millones de dólares de maíz amarillo, 10 mil 500 millones de dólares en gasolina y 2 mil 958 millones de dólares de gas natural.

En 2015 la cifra de importaciones que hicimos en todo el mundo fue de 395 mil 232 millones de dólares, y exportamos 380 mil 772 millones, por lo que podemos decir que perdimos 15 mil millones de dólares. Así, el problema de México se llama “producción de petróleo y alimentos”. Esto independientemente del problema de la corrupción y la baja calidad de nuestros políticos. Por eso tenemos que redireccionar nuestras inversiones hacia el campo para evitar la dependencia alimentaria. Petróleo y maíz son los productos que más compramos a Estados Unidos. Sin petróleo no camina la economía, y sin maíz no caminan los mexicanos. ¿Cómo llegamos a convertirnos en el patio trasero de Estados Unidos? Quizá por la incapacidad para conservar esos productos que tanto alardeamos que son muy mexicanos y que ahora los tenemos que comprar. Al tiempo.

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