Varapalo en Ecuador al regreso de Rafael Correa

En Ecuador se llevó a cabo el fin de semana pasado un referéndum para hacer algunos cambios a la estructura de organización institucional y política del país. El elemento más importante tuvo que ver con la limitación de las reelecciones a las que pueden aspirar aquellas personas que ocupan o han ocupado cargos de elección popular. Esta modificación fue propuesta por el actual presidente del país Lenín Moreno y el electorado ecuatoriano le dio su respaldo con 67.8 por ciento de los votos. Desde el Palacio de Carondelet, el mandatario ecuatoriano se apresuró a celebrar su victoria que leyó y no sin razón como un respaldo político a su proyecto nacional.

Desde la casa presidencial de la Plaza Grande de Quito, Moreno sentenció que el resultado de la consulta reflejaba el deseo de que en Ecuador no vuelvan a existir políticos ni empresas entregados a la rapiña. El presidente dijo que ahora les corresponde a los partidos y a los movimientos políticos renovarse. No volverán ya los viejos políticos. Sobra decir que cuando Lenín Moreno dice que no volverán los viejos políticos y que quienes pretendan participar en política en Ecuador tendrán que renovarse, se refiere a su antecesor y autodenominado “fundador de la revolución ciudadana” Rafael Correa. Con este resultado Correa se queda arrinconado porque a diferencia de Moreno que está encabezando su primer mandato como presidente de la República, él ya no puede presentarse como candidato a la primera magistratura del país porque ya se reeligió en el pasado y fue presidente durante dos términos. Con este resultado es de esperarse un alejamiento notorio del Ecuador de Lenín Moreno del bloque bolivariano integrado todavía hoy por la Bolivia de Evo Morales, la Nicaragua de Daniel Ortega y muy especialmente la Venezuela de Nicolás Maduro.